Plátano, marrasquino, manjar y papa: Las empanadas “alternativas” que también se toman este 18`
Es la infaltable en las celebraciones de Fiestas Patrias en Chile y fuera de nuestras fronteras. Ya sea con pino de carne (animal o vegetal), queso, mariscos o lo que imagines, la empanada es toda una institución culinaria en cada 18’.
El origen de la empanada proviene de la gastronomía árabe, quienes antes de abandonar el territorio hispánico, dejan en España la deliciosa preparación. Luego, los conquistadores españoles trasladaron la receta hasta tierras latinoamericanas. Su nombre proviene del verbo “empanar” que significa “encerrar algo en masa”.
En Chile, su origen se remonta al año 1540, cuando Inés Suárez preparó, según algunos historiadores, la primera empanada en lo que hoy sería la comuna de Recoleta, antes conocida como “La Chimba”, palabra de origen quechua que significa “el otro lado del río”.
Así, desde el mundo popular, la “empanada criolla” chilena rápidamente se cocinó con relleno de picadillo de carne, cebolla, pasas, huevo y ají, tal como se conoce hoy. Los mapuche la llamaban “pirru”, derivando luego en “pino”.
A lo largo y ancho del país el relleno de la empanada va cambiando: de mariscos en la costa; de changle en el sur; de llama en el norte; con queso y vegetales transversalmente.
Para el promotor de la gastronomía regenerativa y Executive Chef of Our Habitas Chile, Guillermo Rivera Reyes, la empanada “genera arraigos y recuerdos que son claves para que el alimento perdure y trascienda territorios”.
“La particularidad de la empanada, y es algo que recrea mucho Condorito, es esa dimensión donde te reúnes sin una mesa, estando de pie, con una copa de vino bigoteado en una mano, con la empanada en la otra. Esa es la particularidad de ´contener´. Eso permite que sea un producto que viaje de Arica a Punta Arenas y de Cordillera al mar, transformándose profundamente, pero siga llamándose empanada”, explica el cocinero oriundo de Concepción.
Además, el experto gastronómico detalla que la empanada “puede atravesar distintos estados porque es un alimento que se contiene en sí mismo, eso lo hace tan particular e históricamente le ha permitido avanzar tanto”.
Actualmente el chef Guillermo Rivera Reyes realiza un rescate patrimonial de la empanada de Socaire, un pueblo altiplánico ubicado a 90 kilómetros de San Pedro de Atacama y 3.500 metros sobre el nivel del mar. El relleno se nutre de papa y carne de cordero.
“Para atravesar fronteras con el mismo nombre la empanada va adquiriendo identidad local, se va situando el producto. Porque en Socaire tienen papa y cordero, le ponen eso a la empanada, la empanada de pera de La Ligua, la empanada de membrillo en Curicó”, explica.
Hoy en diversos lugares de Chile, dado el intercambio cultural promovido por la migración, encontramos empanadas rellenas de plátano maduro y queso llanero; porotos negros y carne mechada; queso y manjar; membrillo, queso azul y azúcar flor; queso, jamón, piña y marrasquino.
¿Y cuál es tu empanada favorita?
Te leemos…