Apuntes desde el amor y el dolor: Los sentires de Daniela Melian, la única sobreviviente del último accidente aéreo en Isla Mocha
Hoy se cumplen seis semanas desde el fatal accidente aéreo que conmocionó a Isla Mocha. El 23 de abril pasado, cuatro de los cinco tripulantes de la avioneta Piper PA 32-300 que viajaban rumbo a Cañete, fallecieron luego que la nave capotara. Daniela Melian Antulafken fue la única sobreviviente. Su compañero de vida, Edison Villa Ortíz, no pudo resistir el impacto de la caída al mar y murió en el Océano Pacífico, frente a la tierra que los maravilló e hizo imaginar otros mundos posibles acompañados.
Por Luis Tabilo Castillo
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Un día antes de la tragedia, el sábado 22 de abril, Daniela y Edison reparaban su casa. Desde junio del año pasado la pareja vivía en Isla Mocha, un mágico territorio insular ubicado frente a la Provincia de Arauco en la Región del Biobío. Ella es artista visual ·(30) y él arquitecto (31), eran apreciados y queridos por los mochanos por su desinteresada entrega. Era cotidiano verlos caminar con sus animales, registrando paisajes, abrazados contemplando atardeceres o conversando largamente con quienes nunca han salido de ahí. Esa sabiduría ancestral y la naturaleza indómita eran vitales para su relación y sus proyectos. Para amarse, en definitiva.
En enero de este año, Meliantu y Villantu, como se llamaban íntimamente Daniela y Edison, habían enviado a la Delegada Presidencial del Biobío, Daniela Dresdner, un documento de once páginas elaborado por la Junta de Vecinos Sector Norte R-7 de Isla Mocha, allí daban cuenta de un levantamiento de información con las principales problemáticas del territorio insular. Tenían la energía para concretar las carencias de un Estado históricamente ausente. Ese sueño, pese a todo, aún se mantiene firme.
Volvemos al sábado. Esa tarde Edison cae de una escalera y se fractura el pie derecho. Pasó la noche con dolor en el tobillo, pero al amanecer su pierna completa estaba más aquejada e inflamada. Para recibir atención de un especialista médico debía volar 77 kilómetros en dirección a Cañete, cruzar la costa del Pacífico por alrededor de 40 minutos, pues la Posta Rural de Isla Mocha solo funciona de lunes a viernes. Una ambulancia lo trasladó desde su casa al aeródromo. Sentado dentro de la avioneta le escribe a su familia que va rumbo a Chile Continental junto a Daniela.
A través de un breve video enviado por whatsapp, a las 14:15 horas, Edison le muestra a su hermana Valentina la nave en la que viajará. Siete minutos después, en tono de broma, le pide a su madre, Ana Ortíz Padilla, que le avise a sus parientes de la ciudad, quería que todos reunidos lo recibieran. Esa fue la última vez que se comunicaron con él.
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Desde 1966 se han registrado ocho accidentes aéreos en la zona. Veinte personas han fallecido cinco han resultado heridas. Expertos señalan que es una de las rutas más peligrosas del país.
La avioneta despega con condiciones meteorológicas favorables, según lo informado por la Dirección General de Aeronáutica Civil, y es dirigida por Juan Carlos Paul (65), un emblemático y avezado aviador local. En su interior viajan, además, Carlos Hoppe (38), pescador artesanal que iba rumbo a Lebu a trabajar la captura de la jibia, y Cristian Gallegos (34), técnico de telecomunicaciones en el faro de la Armada. A 150 metros de la costa el motor repentinamente se apaga, cuenta la única sobreviviente del accidente. El piloto queda silente. Daniela logra ser rescatada.
Desde 1966 se han registrado ocho accidentes aéreos en la zona. Veinte personas han fallecido cinco han resultado heridas. Expertos señalan que es una de las rutas más peligrosas del país.
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Marcia, Natalia y Valentina, hermanas de Edison, remarcan que el único varón de los hijos del matrimonio conformado por Gerardo Villa Contreras y Ana Ortíz Padilla, era un alma libre, conectado a lo social y un eterno soñador. Enamorado de su compañera. Por todas estas cualidades, creen, estaba tan feliz desempeñándose en el Programa Pequeñas Localidades del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Sus padres están destrozados. La familia exige justicia y celeridad en la investigación de las causas del accidente aéreo. A diferencia de otras tragedias, en esta oportunidad se logró encontrar a los tripulantes, existe el relato de una sobreviviente y apareció gran parte de la nave, incluida la caja negra y el motor, piezas claves para descubrir qué sucedió.
Para el pueblo lafkenche originario de la isla, mapuche del mar sureño de Chile, el nombre Mocha deriva de la palabra Amucha, compuesta por am, que significa “alma”, y ucha, que significa “resucitar”. Su significado podría traducirse como “resurrección de las almas”.
Daniela explica que “de acuerdo a los relatos de las papay y chachay es “Ngill chenmaiwe”, lugar de paso, o tránsito de las almas para llegar a la otra vida. La resurrección es un término vinculado al cristianismo, y gran parte de la historia del pueblo ha sido narrada por wingka”.
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A continuación usted leerá los sentires de Daniela Melian Antulafken compartidos a Súbela News.
El inicio
Si pudiera darle un inicio a esta historia de amor la situaría el 14 de diciembre del 2020, fue para el eclipse solar total que tuvo como epicentro Wallmapu. Nos encontrábamos en Tirúa, contemplando firmemente Isla Mocha. Fue ahí en donde fuimos conscientes de nuestra existencia en la mapu. Si bien, en esta ocasión no hablamos, tiempo más tarde nos percatamos que nos reconocimos en tal momento.
Sobre su estado de salud física y emocional
Físicamente me encuentro bien. Estoy recuperándome, mi cuerpo es sorprendentemente fuerte. Pese a las lesiones, he resistido. Pero siento tanto dolor en mis entrañas, que el dolor físico apenas se siente. Emocionalmente me siento destruida, sin saber cómo continuar. No sé bien qué etapa del duelo estoy viviendo, ya que transito por diversas sensaciones y emociones.
Conexión
Él me nombraba como Meliantu, y yo a él como Villantu. A veces Vigo o Kollof. Él era una persona contemplativa, reflexiva, pausada, apasionada, con una sensibilidad importante hacia el territorio. Pienso en él y mi ser se llena de amor.
Vivimos un amor fulminante, genuino. Transitamos entre Tirúa e Isla Mocha. Nos conocimos siendo vecinos en la comunidad Millanao en Tirúa. Habitamos frente a Isla Mocha. Por las tardes nos reuníamos a ver el atardecer, lo que se extendía hasta el amanecer. Nos encontramos, nos reconocimos, nos amamos.
Nuestra experiencia al vivir en la isla fue hermosa, nos sentíamos bien, la isla nos hacía sentir bien, teníamos una hermosa relación. Disfrutamos de nuestros días, de nuestra rutina, de nuestro tiempo juntos, de nuestras compañeras peludas. Jugábamos, bailábamos, reíamos, cantábamos, y por sobre todo, hacíamos el amor. Nunca tuve tanto sexo en mi vida, nunca me sentí tan conectada y tan amada, como me sentí junto a él. Tuve el amor más bonito que pude haber tenido.
Si bien éramos personas que renegamos de lo convencional, de los patrones y lo estipulado por la sociedad, al encontrarnos lo queríamos todo. Nos queríamos casar, queríamos una familia, queríamos hijos, un terreno y una casa.
Por las tardes salíamos a hacer exploraciones y reconocimientos en el territorio, salíamos a caminar, a andar en bicicleta. La isla nos inspiraba, teníamos muchos proyectos en mente. Creamos un colectivo que nombramos MVLEN, “estar” o “situarse” en mapuzungun, queríamos estar presente y ser conscientes desde un Tukulpan zugu, “rememorando”. Creamos un taller como instancia creativa que llamamos “Transiciones de la memoria del viento” e hicimos activaciones en Isla Mocha y en el Centro Cultural La Moneda.
Manifiesto
Nos vinculamos desde lo afectivo, la pasión y el deseo.
El deseo de crear, mirar, comunicar y accionar.
Nuestro espacio territorial de encuentro y observación se sitúa en Lafken Mapu.
Nos interesa abordar el territorio habitado, sus paisajes, formas y sonidos.
Transitamos en memorias, tiempos y escenarios, desde la ficción, lo real y lo imaginario. Reconociendo y reconociéndonos.
Nos enunciamos desde este espacio tiempo para buscar otras perspectivas, miradas críticas, poéticas y políticas.
Dialogamos con cuerpos tangibles e intangibles.
Nos proponemos generar espacios de encuentro y diálogo desde instancias creativas.
La isla nos interpeló tanto que buscamos formas de abordarla, desde la acción artística, poética, comunitaria y política.
Cómo se vive tras perder a un ser amado
Me he aferrado al recuerdo, a la memoria. Siendo fotógrafa, nunca había valorado tanto la imagen fotográfica como hasta ahora. Siempre creí que fotografiaba para no olvidar. Ahora lo reafirmo. El día del accidente llevaba mi computadora, por lo que perdí la gran mayoría de mis archivos. Hoy me refugio en los que quedaron.
Regresar
Regresé a la isla, volví a nuestro hogar junto a nuestros animales. Pasé las últimas semanas allá. Recopilé relatos de lo ocurrido. Nos acompañamos con mis amigas, nos apoyamos junto a Nata (compañera de Alfonso Hoppe, otra de las víctimas del accidente), me reuní con mis vecinas y vecinos. Caminé por la playa, reconocí el lugar del accidente, he recopilado fragmentos de la aeronave. El día del cumpleaños de Villantu apareció su billetera. Pretendo continuar habitando Isla Mocha.
Desperfectos de la avioneta
No hay certeza de ello. Ese día en el tramo de Cañete a la Isla, Juan Carlos (piloto de la nave, también fallecido) voló con una pasajera, la señora Oli, a quien le pregunté sobre el tema. Mencionó que previo a despegar, el piloto le señaló que el motor estaba frío y que debía calentarse para iniciar el viaje, nada más.
La información que manejo de la nave es que se fabricó en el año 1970 y era monomotor. Al interior se podía observar el paso del tiempo. Recuerdo que antes de despegar cargaron combustible, el que trasladó desde Cañete.
Urgencias de Isla Mocha
Para la comunidad mochana los aspectos principales a subsanar son los siguientes: conectividad, educación, salud, agua y electricidad. Todas ligadas a garantías estatales. Es importante entregarle a la comunidad seguridad, accesibilidad, continuidad y frecuencia. Puedo compartir que desde que ocurrió el accidente la ronda médica no se ha hecho presente en la isla, y aún no han compartido la solución ante esta carencia. El departamento de salud de la municipalidad (Lebu) intentó llevar a cabo una propuesta de telemedicina, pero la débil conexión de telefonía e internet, no permite un diálogo fluido entre paciente y médico tratante.
El departamento de salud de la municipalidad (Lebu) intentó llevar a cabo una propuesta de telemedicina, pero la débil conexión de telefonía e internet, no permite un diálogo fluido entre paciente y médico tratante.
Ausencia de las autoridades
En cuanto llegué a la isla, solicité a la Delegación de la Provincia de Arauco una jornada de apoyo socioemocional para toda la comunidad de Isla Mocha, ya que fuimos protagonistas de un acontecimiento traumático vivido desde distintas perspectivas. A un mes de este requerimiento aún no se concreta. La asistente social, a quien definieron como mediadora, no le ha asignado la prioridad que esta acción requiere, ya que, desde la segunda semana de mayo me dice: “lo estamos viendo”, “mañana lo definimos”, “hablé con el capitán de puerto”. Incluso ha manifestado fechas y confirmación de vuelo que no se cumplieron.
Pido que nos hagan parte de las decisiones y de los proyectos que se lleven a cabo, ya que en muchas ocasiones las personas que han levantado posibles soluciones, están ajenas a la realidad insular. También solicito que tales conversaciones se sostengan en el tiempo, además de reportes semanales sobre los avances.
El Seremi de Transportes de la región se comprometió específicamente a visitar Isla Mocha junto a una comitiva para ver una licitación del servicio de transporte aéreo subvencionado que se proyectará por cinco años. Además de definir un nuevo servicio de transporte para suplir de alguna manera el rol que cumplió Juan Carlos durante años, y así contar con la posibilidad de desplazamiento todos los días de la semana y no cuatro días como está establecido en este momento.
Por otra parte, la Delegada Presidencial se comprometió a atender el documento enviado por la junta de vecinos del sector norte en enero del presente año. A través de su jefe de gabinete y de la encargada de conflictos se comprometió a visitar Isla Mocha el día 6 de junio. Sus mediadores me han compartido que hace una semana se reunieron las distintas seremis para llevar a cabo una mesa insular para tratar a profundidad las problemáticas de la isla.
Mensaje al Presidente Boric
Presidente, usted es el mandante. A través de una carta me dirigí a su persona ya que busco su máxima atención ante las problemáticas de Isla Mocha. Es importante generar un programa de trabajo continuo que sea independiente al gobierno de turno y que esté a la altura de las necesidades propias del territorio insular. Espero que al enterarse, esto provoque en usted un desafío y una gran oportunidad para innovar en soluciones que respondan a estas demandas.