#TerapiaGrupal: Contención

Todos los jueves Raffaella Di Girólamo, psicóloga y terapeuta corporal, abre un espacio de contención y consejos. Por el momento que estamos pasando como país el especial de hoy se trata de las emociones que necesitamos integrar, ya que al validarlas sabremos que conviven con cada persona estos días y la contención que nos podemos dar al validarlas y legitimarlas.

La incertidumbre puede generar angustia, miedo, rabia, pena que son algunas de las emociones que rondan en nuestros cuerpos estos días. La información de las redes sociales, la televisión, la adaptación a una realidad existente que a muchas personas les parece nueva, pueden provocar estos sentimientos y emociones que conductualmente cansan, agobian y nos puede costar vivir el dia a dia bailando entre estas. La psicóloga y terapeuta corporal, Raffa Di Girólamo, estuvo conversando con Natalia Valdebenito en el espacio de los juves llamado #TerapiaGrupal y entregó algunos consejos para manejar estas situaciones, contener y cuidarnos. 

La angustia, el miedo, la rabia (en distintas generaciones)

Nuestro país ha sufrido traumas muy graves de los cuales, el estado, no se ha hecho cargo y es un estado emocional que es necesario nunca dejar de revisar y procesar. Recordemos, el tiempo no sana, puede ayudarte a mantener bloqueos, pero no a resolver emocionalmente lo vivido personalmente o lo vivido por seres cercanos y personas no conocidas. El trauma de que te pueden dañar hasta hacerte desaparecer es real y en este país es un realidad que muchas personas pretenden se olvide, personas que participaron de las violaciones de derechos humanos, que aún caminan libres y tienen aún el poder para amenazar a las personas. 

La generación sobre los 45 años aprox., que para el Golpe de Estado eran lo suficientemente jóvenes para vivirlo y recordar, saben que el miedo es una emoción principal ante la posibilidad de un abuso. No es de extrañar que muchas personas están revolviendo, o desbloqueando miedos de sus historias de vida. El golpe es un momento concreto de violencia, pero también los hay situaciones cotidianas de abuso sexual, golpes, gritos insultos, frustraciones, y muchas emociones que conlleva el vivir en una sociedad con tal nivel de injusticia como la nuestra, y por supuesto quienes han sido criados bajo personas que también han vulnerabilizado sus derechos. 

Todo esto sumado a la incertidumbre, para mi es el peor enemigo del ser occidental. En esta sección del Café con Nata siempre hablamos de incertidumbre en relaciones amorosas o familiares, pero la incertidumbre en el día a día es otro nivel. Entonces, es consecuente que esto produzca angustia, miedo, frustración, desesperanza, dudas, pensamientos irracionales y racionales también, todo un mundo pensante y emocional que no para.

Tanto dolor hoy no es de extrañar que las personas estén intentando deshacerse de estas emociones y rabias del pasado, para dejarlas atrás y poder creer que pueden sanarlas, y por ende están presentes día y noche, en la lucha, en el descanso, en el caminar, no hay momento de stress donde mi historia emocional no tenga un rol fundamental. el miedo, el estar constantemente el alerta, un cuerpo fuerte que necesita sostenerse.

Otras generaciones más jóvenes, dinámica en la cual estamos, puede implicar, esta alerta constante, desde la historia de mis cercanos, cambiar el ciclo atávico de injusticia. Cuando hay una sensación de alerta todo el rato es difícil que se pueda descansar. Puede que ocurra la sensación de estar con un cuerpo cansado. 

Para ambas generaciones acostarse a desconectarse puede ser complejo, generar culpa, o realmente sentir que no pueden parar, porque nacen preguntas o juicios tales como: ¿Qué puede pasar si me desconecto un rato? ¿Y si me necesitan? ¿Si pasa algo y yo no me entero? 

Por lo tanto el miedo y la angustia son sentimientos constantes, provocado tanto por la situación de inseguridad, la historia del país y de vida, y la falta de empatía de las autoridades y los medios de comunicación masiva. Somos personas sensibles y pensantes, por ende estas emociones son reales y válidas, la dificultad se produce cuando no sabemos cómo integrarlas a nuestra vida diaria..

Transición del miedo a la rabia

Recordemos lo que hemos hablado sobre las emociones y el trabajo de Carmen Cordero (método de integración cognitivo corporal). Físicamente el miedo paraliza, lo primero que hace el miedo puede hacer paralizarse, dejarte sin acción, como también mantenerte en un constante alerta. 

Las emociones vinculadas con el lóbulo frontal, donde también está la toma de decisiones, nos puede llevar a una activación muy impulsiva ante la necesidad de defenderse, del alerta, entrar en la rabia para activar tu cuerpo y ver como puedes accionar con fuerza y energía. Ambas son emociones tan distintas fisicamente que es como pasar del calor al hielo. Por lo cual el stress al que se somete al cuerpo no es extraño genere un desgaste importante de tus reservas energéticas.

El shock que tiene el cuerpo al activar y bajar, biológicamente, es agotador. Además, la mente está pensando constantemente, porque la labor ahora es opinar y decidir desde dónde voy a sostener al elegir mi lucha. Estos sentimientos que se manejan desde la angustia pueden implicar una mayor alerta.

Cambios: elegir tu lucha

Hay un cambio gigantesco y es un cambio de conciencia. Ahora realmente las frases y las palabras al aire puede que no sirvan, hay que dialogar. Es importante elegir qué lucha vas a tomar: ya no puedes tomar cinco, puedes concentrarte en una o dos. 

Este es el minuto de no soltar los cambios que deseas, pero hay que evitar agobiarse, porque son demasiadas las demandas sociales. No soltar los cambios que deseas implica estudiarlos, leer y elegir.

Autocontención y autociudado

Contenerte puede implicar cosas como contestar el teléfono, hablar, escuchar, abrazar. Es importante no sentir que mi emoción es injusta ante la sociedad: no invalidarse emocionalmente. Me puedo afectar, tengo que darme el tiempo para afectarme y aprender qué baja esa afectación. Por ejemplo, si las marchas te afectan mucho no vayas seis horas, anda dos o copera desde alguna forma que te haga sentir cómodo. Está bien ser parte desde donde yo lo logro ser. Uno se instala desde los distintos actos de generosidad, por eso hay que acotar, porque así el estrés no es tanto.

La nueva realidad

Cuando las autoridades dicen que “vamos a volver a la normalidad” hay que tener en cuenta que no podemos volver a la “normalidad”. Nuestra nueva realidad implica saludar, debatir, conversar en el metro, sacarse los audífonos y vincularse con el otro. Entender que probablemente la persona del lado está igual de angustiado que yo, entonces, si a mi me nace, tengo que acompañar. Ya no tengo que tener miedo de que esa persona me vaya a robar, hay que entender que esa persona quizás también está angustiada y hay que dialogar.