Secuelas del COVID-19: La rehabilitación como exigencia pública
En los informes del Ministerio de Salud siempre vemos un número de recuperados, pero ¿qué pasa con quiénes viven el virus de manera prolongada? En Café con Nata, conversamos con Carolina Rivera, fisiatra y presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Física y Rehabilitación, quién resolvió varias de nuestras dudas.
Sanar de un virus tan desconocido como invasivo, no es sencillo ni sucede de un día para otro. Tal como en las otras enfermedades, la rehabilitación es un paso clave para poder tener una buena calidad de vida o al menos algo parecido a cómo vivíamos antes.
En el caso del COVID-19, hemos podido ver que seres queridos han estado afectados tanto física como psicológicamente después de haberse infectado. Trastorno de estrés postraumático, fatiga corporal, cansancio mental y daño neurológico, son algunas de las secuelas más usuales.
En Café con Nata, recibimos a Carolina Rivera, fisiatra y presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Física y Rehabilitación, quien nos enseñó sobre la importancia de la rehabilitación y cómo tratar las secuelas (si es que se pueden tratar).
Primero que todo, es necesario explicar qué es la fisiatría. Lamentablemente, hay muy pocos fisiatras en Chile, pero su función es primordial ya que se encargan de ayudar a las personas a recobrar sus funciones corporales luego de algún daño o lesión. En general, trabajan en equipo con kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadoras sociales, entre otros. Y juntes, se encargan de entregar una cobertura interdisciplinaria que aporta en que les pacientes puedan volver a su vida cotidiana de la mejor manera posible.
Para Carolina, las secuelas de los pacientes COVID necesitan de esta interdisciplinariedad para sanarse. Un fisiatra a la cabeza y profesionales que aporten en todos los niveles de salud, es la manera que se ha tratado de instalar pero que es difícil de cumplir en un sistema sobrecargado con largas listas de espera.
“Nosotros decimos que es el fracaso del éxito. Salir de una UCI, sobrevivir; pero estar supeditado a tus secuelas con calidad de vida disminuida, un trabajo que no puedes cumplir, una licencia médica que te cuestionan. Al final empobrecemos al país, generamos estigma y una peor calidad de vida para quienes han sobrevivido”, afirmó.
Según los conocimientos de Carolina, las secuelas se dividen en dos tipos: un paciente leve moderado y un paciente grave.
En el caso del primero, se trata de quiénes tuvieron el virus de manera suave pero que los síntomas se prolongan en el tiempo. Fatiga mental, subir dos pisos y quedar muy agitado, no poder concentrarse al trabajar o interactuar, son algunos de ellos. Y que lamentablemente, puede conllevar a un estigma social de no creer en que aún está enfermo o que no le entreguen licencias médicas.
Y en el caso del segundo, corresponde a los pacientes que estuvieron en UCI, que son el 5% de los infectados, es decir aproximadamente 100 mil personas. Según explica la fisiatra, estas personas sí o sí tienen secuelas por haber estado intubados o bajo sedantes. Debilidad muscular, alteraciones cognitivas, dificultades al hablar, comer y orinar, son algunas de ellas.
Debido a la gravedad y diversidad de los síntomas del virus, la fisiatra señala la importancia de cambiar el concepto de ‘recuperados’ por ‘sobrevivientes’; para así tratarlos como tal y comprender que las enfermedades no sanan de inmediato, sino que toman tiempo mental y físicamente. “Cambiar el paradigma de salud-enfermedad, donde la gente está enferma o sana, y no hay términos medios”, mencionó.
Además, mencionó la relevancia de considerar la rehabilitación como un derecho humano y la necesidad de educar a la población civil y a profesionales de la salud para que no se estigmatice a quiénes aún viven las secuelas de esta enfermedad; y que por el contrario, se les acompañe en su proceso.
Es en esta línea, que Carolina hizo un llamado a les pacientes de COVID y sus familiares a empoderarse respecto a la rehabilitación, ya que son quienes están viviendo las secuelas de un virus que aún está en investigación. “El COVID no puede marcarnos la vida para siempre. La única forma es ejercer presión no solo desde la sociedad civil sino que desde los pacientes, desde las personas que están sufriendo esta enfermedad”, mencionó.
Si quieres informarte más respecto a este tema, puedes visitar esta página. Y si quieres escuchar la entrevista completa, pincha aquí: