¿Qué son los cazadores de virus y cómo trabajan para prevenir futuras pandemias?

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Existe un grupo de personas que se dedican a explorar los lugares más remotos del mundo para ir en búsqueda de los próximos virus que podrían afectar a la humanidad. Te contamos sobre los cazadores de virus en esta nota. 

Los cazadores de virus son científicos que se dedican a buscar, entre cuevas y bosques, animales que puedan ser portadores de nuevos virus peligrosos para el ser humano. Ellos se recubren en trajes blancos, guantes, gafas y botas protectoras para ir en estas misiones. 

Los animales que más buscan y examinan son los murciélagos, los roedores y los primates. Lo que pretenden hacer en estas examinaciones es identificar cómo son los virus que transportan estos animales. Además, buscan identificar sus posibles saltos a la humanidad como enfermedades zoonóticas, como el COVID-19. 

Marc Valitutto, cazador de virus y veterinario, explicó a BBC Mundo que lo que ellos están intentando hacer hace ya diez años es identificar nuevos virus antes de que entren a la población humana. “Si podemos identificarlos, determinar cuál es su nivel de actividad y cuáles son las amenazas que representan, podemos trabajar con los gobiernos locales para tratar de evitar nuevos brotes”, agrega el veterinario. 

Al igual que muchos otros virus como el  Hanta, la famosa “porcina” AH1N1 o el Ébola, la mayoría de las enfermedades virales que afectan a los humanos vienen del mundo animal. “Según un estudio de la Universidad de California en Davis, hay más de 1,6 millones de virus que todavía no conocemos y que viven en mamíferos y aves por todo el mundo”, explica BBC Mundo. 

La comunidad científica concuerda que los virus que provocan pandemias son una bomba de tiempo. No es información desconocida que algo como esto podía pasar, ya que la historia confirma que ha sucedido anteriormente y la ciencia confirma que seguirá pasando en el futuro. 

¿Cómo trabajan los cazadores de virus?

Como mencionamos anteriormente, los cazadores de virus recorren los lugares más remotos de la tierra en búsqueda de animales salvajes que puedan contener estos virus. En primer lugar, identifican a qué especie pertenece el animal a examinar. Luego, les toman muestras con un cotonito o hisopo a sus bocas, anos, orejas y orina. También extraen muestras de sangre. Luego, les dan una especie de jugo relajante para liberarlos. 

Pero no es tan fácil llegar e introducirse en estos entornos. Como explica Jon Epstein, ecólogo de enfermedades, a BBC Mundo, muchas veces los grupos de animales se encuentran cerca de comunidades humanas e incluso pueden llegar a convivir en los hogares de las personas. Entonces los cazadores de virus también deben hacer el trabajo de explicarles lo que quieren hacer a aquellas personas. 

Además, los científicos corren siempre el riesgo de ser contagiados y accidentalmente perpetuar aquello por lo que están luchando. Los cazadores de virus siempre están en peligro de ser mordidos al manipular a estos animales, o incluso deben lidiar con las heces de los animales, que también son un punto de concentración de los virus. 

Luego de recoger las muestras, estas se envían a laboratorios en los mismos países o incluso a laboratorios internacionales para su análisis. Ahí, se comparan estos virus nuevos con otros que han provocado epidemias en el mundo. Además, se estudia la genética de los virus para ver si estos se parecen o no a los anteriores y se clasifican según el riesgo que puedan significar para la humanidad. 

Para facilitar la búsqueda, los cazadores se guían por dos grandes criterios de concentración de virus: 1. Existen zonas en las que hay mayor exposición debido a razones de cultura o falta de educación, en donde no es raro que las personas consuman los animales que contienen estos virus. 2. Ya existe conocimiento sobre cuáles son los animales que son más propensos a transmitir los virus a los humanos (murciélagos, roedores y primates).    

Los murciélagos en particular son mamíferos que vuelan y que han evolucionado de manera que los virus que viven en ellos no los afectan. Además, existen tantos murciélagos y tipos de murciélagos en el mundo, que estos conforman el 20% de todos los mamíferos del mundo. 

Pero debemos tener muy claro algo: estas enfermedades no son culpa de los animales, sino de los humanos, quienes constantemente estamos invadiendo sus hábitats naturales y básicamente yendo a meternos entre las patas de los caballos. 

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