La Minuta AM: Las claves para entender qué está pasando en Guatemala
Lo que pasó. Durante la madrugada de este lunes Bernardo Arévalo juró como presidente de Guatemala. El sociólogo pasó de ser casi un desconocido a simbolizar la esperanza de un país cansado de la corrupción y a desatar el pánico de la élite conservadora.
El nuevo presidente durante meses enfrentó una arremetida judicial atribuida a la poderosa élite económica y política del país con un propósito: perpetuar la corrupción. Ejecutada por la Fiscalía, la ofensiva buscó retirarle su inmunidad, logró la suspensión de su partido “Movimiento Semilla” y trató de anular los resultados de los comicios por presuntas anomalías electorales.
La autoridad guatemalteca calificó esos esfuerzos como un “intento de Golpe de Estado”.
La ceremonia se retrasó 6 horas, luego de que en el Congreso, controlado por partidos afines al gobierno saliente, no lograban ponerse de acuerdo en la elección de una nueva junta directiva y en la discusión de si declarar a la bancada del nuevo presidente como “independiente”, luego de la suspensión de su partido.
Sin embargo durante la jornada del domingo, el nuevo Congreso de Guatemala revocó la suspensión del partido Movimiento Semilla.
Este nuevo gobierno pone fin a 12 años de liderazgo de la derecha, sustituyendo a Alejandro Giammattei y asume en un país en el que 6 de cada 10 de los guatemaltecos vive en la pobreza.
Un presidente "emboscado"
Durante meses se temió que los embates de la Fiscalía, que incluso allanó sedes del tribunal electoral y decomisó papeletas de votación, impidiera que Arévalo tomara el poder.
En el camino quedaron varios detenidos y exiliados, un pila de acciones legales a favor y en contra de Arévalo, y una batería de sanciones de Washington contra fiscales, jueces, funcionarios y unos 100 diputados a quienes señaló de corruptos y de socavar la democracia.
La Corte de Constitucionalidad debió exigir garantías para el traspaso de mando, e incluso el jueves otorgó un "amparo" a la vicepresidenta electa, Karin Herrera, ante rumores de una orden de captura.
Arévalo afirma que de las primeras cosas que hará como presidente será pedir la renuncia de la fiscal Consuelo Porras. Pero los analistas advierten que la ofensiva en su contra está lejos de acabar.
"Van a tener al presidente emboscado, al primer descuido querrán levantar su inmunidad y destituirlo", afirmó a AFP Manfrendo Marroquín, cofundador de Acción Ciudadana.
En su ruta a la presidencia, Arévalo tuvo el apoyo decisivo de los jóvenes, muy activos en redes sociales, y los indígenas (40% de los 17,8 millones de guatemaltecos), que protestaron por más de 100 para exigir la renuncia de Porras.
Pese a que prevé que la ofensiva en su contra seguirá, Arévalo dijo en diciembre a la AFP que gobernará sin "miedo".
Reacciones desde el Gobierno chileno
Mediante un comunicado de prensa de la Cancillería de Chile hicieron “un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución en el día de hoy al presidente electo Bernardo Arévalo y a la vicepresidenta Karin Herrera”.
“El pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes, avaladas por la comunidad internacional a través de sus misiones de observación electoral. Esa voluntad debe ser respetada”, manifestaron en el documento.
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