En deuda con la educación: Los problemas actuales y pasados de los profesores en Chile

“El alumno creador desconoce el verdadero potencial que trae. Será labor del profesor, entonces, ubicarlo y saberlo orientar”, Pedro Alonzo R, autor de “La hora tiene 45 minutos”.

Por Claudia Fica Pantoja y Constanza López Guzmán

El sábado 30 de septiembre la Municipalidad de Til Til anunció el cierre de nueve establecimientos educacionales debido a una millonaria deuda de $18 mil millones. La Corporación de Desarrollo Social de la comuna se ha visto incapaz de pagar remuneraciones, y hoy las escuelas se encuentran paralizadas por sus trabajadores hasta que no se concrete "el pago íntegro de remuneraciones".

Ante esta situación, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, señaló que se está gestionando a través de tribunales acciones para liberar recursos fiscales e inyectarlo en los colegios y liceos que cerraran y que provocaría que cientos de escolares no podrían continuar con sus estudios. 

Cataldo dijo que desde el Mineduc están trabajando en dos principales medidas para controlar la situación: la distribución de los recursos del Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP) y, por medio de tribunales de justicia, dirigir el embargo de la municipalidad a las cuentas del ministerio. 

Manifestación Colegio de Profesores. Gentileza Colegio de Profesores.

Lo sucedido en la comuna de Til Til no es un caso aislado, ya que hay decenas de municipios en situaciones similares. “Efectivamente, tenemos varias decenas de municipios que están en algún tipo de dificultad financiera”, señaló el ministro.

“La mayoría de los municipios no está en una situación como esta, para no ser catastrofista, pero sí hay muchos municipios que ponen en riesgo hoy día el servicio educativo y, por lo tanto, la garantía del derecho a la educación”, añadió el secretario de Estado.

El presidente del Colegio de Profesores Metropolitano también habló sobre el tema: "Aquí el Estado debe hacerse responsable, aquí el Ministerio de Educación debe asumir inmediatamente la administración de estos colegios, nombrar una administración delegada, tiene las facultades legales para hacerlo y comenzar a dar solución a este problema que se da en Tiltil y se da en muchas comunas del país. Esto es demasiado grave para que se siga aceptando”.

El problema financiero que trae la educación pública - que se administra a través de los gobiernos comunales - no es nuevo, se origina durante la dictadura cívico - militar entre 1981 y 1986, en un proceso de descentralización de la administración educacional. 

La municipalización de la educación trajo múltiples problemáticas que, hasta el día de hoy, son motivo de protesta del gremio de profesores. La última paralización, realizada entre el 29 de agosto y 3 de septiembre, se debió a que el magisterio consideró “insuficiente” la propuesta del Mineduc, argumentando falta “sentido de urgencia” y dar respuestas más concretas, sobre todo a la reparación de la deuda histórica. 

Mario Aguilar, presidente Colegio de Profesores Metropolitano. Gentileza Colegio de Porfesores

La eterna espera: qué es la deuda histórica

El Ministerio de Educación define la Deuda Histórica al “perjuicio salarial que sufrieron miles de profesoras y profesores de escuelas públicas durante la dictadura, cuando la administración de los establecimientos fue traspasada desde el Estado a las municipalidades, lo que impidió que los profesionales recibieran el reajuste salarial que estaba contemplado en el Decreto Ley N° 3.551 (Artículo 40), pues este fue desconocido por sus nuevos empleadores. Esto hizo que vieran mermados sus salarios, por lo que en las últimas cuatro décadas miles de docentes han exigido la reparación de esta deuda”.

La explicación del gabinete, si bien es formalmente correcta, deja de lado muchos de los problemas que trajo la municipalización de la educación. La negación del derecho salarial redujo directamente el sueldo de profesores por años y,  en el marco del sistema de capitalización individual impuesto con las AFP, a largo plazo afectó las pensiones de miles de maestras y maestros jubilados.

“Cuando los profesores fueron traspasados al sistema municipal les dejaron de pagar esa asignación. La alcanzaron a recibir muy poco tiempo, porque la gran mayoría de los profesores y profesoras fueron traspasados precisamente el año 81, entonces fue una decisión arbitraria, ilegal, injusta y muy perjudicial que hubo en la época. De hecho, hay funcionarios públicos que siguen trabajando de aquella época y todavía reciben esas asignaciones en su sueldo, y los profesores nunca más”, declaró Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores Metropolitano. 

Protesta docente

Pero la Deuda Histórica es más que estas problemas económicos, y como el mismo magisterio docente explica en su página web, “se trata de una muestra palpable del daño que infligió la Dictadura a la educación y a los profesionales docentes: un daño patrimonial originado en 1981 y que se extiende hasta hoy en el marco de una política mayor de destrucción del sistema de educación pública nacional y la organización docente, que incluyó la desintegración de la orgánica nacional que agrupaba a los trabajadores de la educación, la municipalización de la enseñanza, la eliminación de las Escuelas Normales en todo el país y la persecución de miles de profesoras y profesores, que dejó más de un centenar de docentes mártires de la lucha por la democracia y los Derechos Humanos”.

Además, el gremio la considera también una deuda del retorno a la democracia, ya que “cuando terminó el autoritarismo en el país, el Estado de Chile no restituyó a miles de docentes un derecho laboral básico: el derecho a percibir su sueldo íntegramente y respetar los derechos salariales adquiridos. No es la única deuda de la Democracia con la educación, pero sí es la que afecta más directamente en el día a día a profesoras y profesores, que reciben unas menguadas jubilaciones después de años de entrega a la enseñanza”.

En 2019, la organización de docentes llevó a cabo una paralización que se prolongó por 51 días debido a la falta de acuerdos con el Ejecutivo. Es la tercera movilización más extensa que se ha realizado en la última década, donde una de las demandas más fuertes contemplaba encontrar una solución a la deuda histórica. El paro docente más largo de los últimos años ocurrió en junio de 2015, durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet, y se extendió 57 días, hasta el 27 de julio de aquel año.

Protesta Colegio de Profesores

¿Quiénes son los profesores normalistas?

Las Escuelas Normales fueron el pilar de la educación primaria durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Su decadencia comenzó con la reforma educacional de Eduardo Frei Montalva en 1965 y desaparecen de forma definitiva en 1974  bajo orden de la dictadura militar. Hasta la actualidad los profesores normalistas son sinónimo de calidad y profundo compromiso social, y, según explica Mario Aguila, “fue un una medida que tenía un objetivo político”.

Fundadas en 1842 bajo el modelo implementado en Francia por el sacerdote Jean-Baptiste de La Salle, se desarrollaron con el objetivo de formar docentes para los primeros años de enseñanza. El 18 de enero se creó la primera Escuela Normal de Preceptores en Santiago, bajo la dirección de Domingo Faustino Sarmiento.

A pesar de problemas como la falta de salas y equipamiento educativo, además de poca dotación de maestros, las escuelas normalistas se transformaron en base de la educación pública. 

“Nosotros reconocemos en las Escuelas Normales un tremendo aporte al desarrollo educacional del país, la escuela normales formaron personas que se iban a los campos a alfabetizar que se iban a los lugares más alejados donde no había llegado nunca la educación y por lo tanto tienen un aporte histórico tremendo, y la dictadura eso lo lo pretendió barrer”, comentó el presidente metropolitano del Colegio de Profesores, Marío Aguilar. 

Profesores Normalista

El perfil del profesor normalista iba más allá de conocimientos meramente académicos. Según lo explicado por la profesora de Historia y Geografía, Javiera Peña: “Creo que es peligroso que el conocimiento se estanque y que no pueda ser utilizado en la práctica. Uno se basa en un currículum, en un programa de estudio, pero hay muchas cosas que tienen que ver con el aporte que puedes hacer a tu familia, a la sociedad, a la comuna, a tu barrio, etcétera, y creo que eso con el fin de las escuelas normales se ha ido perdiendo”. 

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Sergio Durán tenía 6 años cuando una monja le enseñó lo que eran las Escuelas Normalistas; asegura que Dios la puso en su camino. A los 13 años comenzó su educación para convertirse en profesor normalista, y a los 20 ya estaba trabajando en la misma escuela y con quienes fueron sus profesores como colegas. 

En la población Buzeta, comuna de Cerrillos. Sergio repasa su historia. “Éramos hijos obreros, éramos hijos del rigor”, sostiene. Varios de ellos vieron en las Escuelas una oportunidad para sacar a sus familias adelante. “Tuve muchas carencias cuando chico”,  relata. Por lo mismo, cuando sus alumnos festejaron con él su cumpleaños 21 en la sala, se emocionó. “No sabían que el profesor estaba celebrando su primer cumpleaños”. 

A sus 76 años sigue trabajando en el área de educación y ha notado los cambios desde que desaparecieron las Escuelas Normalistas. “Para el momento en el que ocurre es una pérdida en el sentido de lo que significaba la formación humanista, pero ahora miro a un niño de 13 años y son tan distintos. Nosotros en esa época crecimos rápido, para nosotros tener una profesión era una oportunidad”, dice. 

Antes el profesor era un sabio, “cualquier pregunta que uno tenía el maestro te la contestaba”.

En la Escuela donde se formó y enseñó, hacían de todo. Sergio aprendió a tocar acordeón-piano, “¿por qué? Hacíamos todas las asignaturas, la formación era distinta. Si alguien me pregunta cuál es la diferencia entre un profesor normalista y uno de hoy, es que la formación docente de las universidades, por ejemplo, se preocupan mucho de educar a un profesor que tiene mucho conocimiento, pero les falta la otra parte”.

Esa parte era innata de Sergio y sus colegas normalistas. “Yo a mis alumnos les tengo que dar lo mejor de mí, no solamente en cuanto a la materia, sino que para formar buenas personas y para eso tienes que amar lo que haces. El profesor tiene que entender que en sus manos tiene la materia prima más valiosa que existe. Para nosotros no es el cobre, son los niños”. 

Sergio no sabe qué hubiera sido de su vida si es que esa monja que ya no recuerda el nombre le hubiera mostrado lo que sería su trabajo y orgullo por tantos años. Sigue aprendiendo, porque “un profesor que no sigue estudiando, no debería enseñar”. Ha trabajado con otros colegios compartiendo su experiencia como normalista y aún toca acordeón-piano. 

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La reforma educacional implementada por el gobierno de Eduardo Frei Montalva puso en marcha el curso especial de Formación de Profesores Primarios por parte de la Universidad de Chile y otras instituciones de educación superior, y con esto las escuelas normalistas comenzaron a desaparecer paulatinamente. Finalmente, el 10 de diciembre de 1973 se declaró en reorganización la enseñanza normal y se le encargó a una comisión de especialistas que elaborara un informe, el cual propuso que la formación de profesores de educación básica debía ser responsabilidad sólo de las universidades. 

El 11 de marzo de 1973, a través de un decreto ley, se estableció la formación universitaria de los docentes y eliminó el sistema de las escuelas normales.

Educación femenina

Educación  femenina: las consecuencias del “curriculum oculto”

En 1854 se inaugura la Escuela Normal de Preceptoras, un establecimiento educacional que formaba profesoras para la enseñanza primaria. Las alumnas que ingresaron a estudiar fueron principalmente mujeres pobres y con poca formación, a quienes la carrera les ofreció la posibilidad de tener una remuneración estable y, en palabras de Macarena Peña en “Hijas amadas de la patria: historia de la Escuela Normal de Preceptoras de Santiago, 1854-1883”, “acceder acceder a un trabajo reconocido por los nuevos ideales, una profesión ilustrada y percibida como beneficiosa para la sociedad". 

La escuela funcionó como internado, su permanencia era gratuita y su curriculum inicial constaba de materias como lectura, escritura, dogma y moral religiosa, gramática castellana, costura, bordado y labores de aguja, entre otros. Inicialmente dirigida por la congregación del Sagrado Corazón, en 1883 la institución fue traspasada a profesoras alemanas y trasladada a un nuevo edificio estatal. El cambió representó un cambio de enfoque, centrándose ahora en una formación científico profesional. 

Según la historiadora Macarena Peña, la Escuela Normal de Preceptoras "fue una institución que realizó con gran eficacia del disciplinamiento de las costumbres de la mujer popular en el Chile de la segunda mitad del siglo XIX". 

La sociedad ha cambiado considerablemente, y con ello la educación que reciben los jóvenes del país. Si bien en primera instancia esta escuela alejaba a las mujeres de áreas más científicas e institucionalizadas, permitió el ingreso de mujeres a la docencia y el traspaso de conocimientos inherente femeninos a nuevas generaciones, aspecto que, en la educación pública actual, se encuentra alejado del currículum nacional. 

Según la Organización de Naciones Unidas, sin una representación equitativa, las consecuencias de socializar en base a normas y tradiciones patriarcales “son de gran alcance e impactan negativamente en el bienestar personal, económico y futuro de las mujeres y las niñas, sus familias y la comunidad en general”. 

Protestas Mayo Feminista

En el sistema educativo chileno, el currículum nacional establece las asignaturas y contenidos en los niveles de preescolar y escolar; en él se encuentran las Bases Curriculares, Planes y Programas vigentes. Estos elementos definen el proceso de aprendizaje durante la niñez y adolescencia, conocimientos que comienzan a marcar experiencias y, con ello, la visión de mundo y de sujetos. 

La falta de representación femenina se evidencia en casi todas las asignaturas como, por ejemplo, en Lengua y Literatura existe una gran diferencia entre la cantidad de hombres y mujeres, entre libros escritos por hombres versus los escritos por mujeres, lo que genera un impacto directo en los niños, niñas y adolescentes. Según explica Katherine Jans, psicóloga clínica, explica que “se entregan estas lecturas que dan estructura al rol de la mujer en la sociedad desde una perspectiva patriarcal, con literatura escrita por hombres”. 

Por su parte, Paz Peña, profesora de Lengua y Literatura, explica que “para el sistema educativo todos los aportes vienen desde los hombres; les cuesta vislumbrar que ha habido aportes reales de mujeres, ni siquiera por forzar esta visibilización que ha estado todo el tiempo a contracorriente ante una decisión de una invisibilización del aporte femenino”. 

Este aspecto, la discriminación dentro del gremio a las profesoras, también se incluye dentro de la deuda histórica - por lo menos dentro de la definición de esta en la página web del Colegio de Profesores. Sin embargo, y a pesar de que en 2018 las demandas del “Mayo feminista” se encontraba una educación no sexista, el curriculum escolar no se ha actualizado y no hay mayor fiscalización a una educación con referentes más equitativos. 

Protesta docente. Gentileza Colegio de Profesores

 










Claudia Fica Pantoja