Súbela Aprueba una Convención Constitucional
En tiempos convulsionados para los medios de comunicación, en Súbela hemos optado por transparentar y declarar abiertamente nuestra posición editorial para el próximo plebiscito de abril.
En las tradiciones de países democráticos, las Constituciones Políticas son, como su nombre lo indica: el instrumento que constituye las reglas y condiciones de la vida política en un país. Es la expresión jurídica de lo que Rousseau llamó “contrato social”; un conjunto de principios que inspiran la sociedad en común, y un cuerpo de reglas que articulan esos principios en derechos y garantías sociales.
La Constitución Política de 1980 no ha sido, ni tampoco es hoy una expresión del contrato o pacto social de Chile. En primer lugar, no lo ha sido porque la Constitución nace de la redacción de 11 constituyentes nombrados a dedo por Pinochet, bajo la orquestación de Jaime Guzmán en la llamada Comisión Ortúzar. Consta en las actas de dicha comisión que aunque se hayan rescatado algunos textos de las anteriores constituciones de 1925 y 1833, lo que los constituyentes se habían propuesto es crear un nuevo orden jurídico articulado por los principios de orden, propiedad, y la noción de un Estado pequeño (subsidiario) que privilegia la iniciativa privada. Se consagra también la noción de una democracia tutelada, restringida a nivel institucional por organismos como el Tribunal Constitucional, y protegida frente a las posibilidades de reforma por la vía de quórums calificados y de dos tercios, que entregan a una minoría (1/3) la capacidad de bloquear modificaciones significativas a la carta magna.
A pesar de que la Constitución de 1980 ha tenido más de 30 modificaciones desde la fecha de su promulgación, incluyendo las reformas de 2005 que dieron término a los Senadores Designados y al Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), éstas reformas dejan aún incólumes los principios vertebrales de una Constitución que también falla en consagrar derechos y garantías sociales como la salud, vivienda, pensiones, educación, o el derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación, todos derechos que no gozan de recursos procesales potentes como el reconocido en la constitución para para proteger la propiedad (recurso de protección).
El abismal contraste entre un Chile OECD que crecía al 5% anual, y un país estancado en su desigualdad se hicieron insostenibles. La fricción incesante del abuso, la discriminación y la corrupción de la política, hicieron que Chile despertara y alzara una voz crítica en denuncia de un largo listado de demandas sociales, tan diversas en sus temáticas como diversas también son las voces que las reclaman.
Una nueva constitución no es por sÍ misma santo remedio a todos los males sociales que aquejan a la sociedad chilena. Para ello están las políticas públicas que en el ámbito social y económico deberán ofrecer diseños que reconozcan las causas y propongan soluciones. Sin embargo, las políticas públicas y los cuerpos de leyes asociadas a sus diseños, son siempre expresiones técnicas limitadas al perímetro político impuesto por la Constitución. Dicho en términos prácticos, la transformación del sistema de AFP, el acceso al agua como derecho humano, o el reconocimiento jurídico a los pueblos originarios, quedará siempre condicionado a las normas y principios que inspiran una Constitución.
Después de un período de discusión interna, el equipo de Súbela Radio hemos decidido expresar de manera clara nuestro apoyo a la opción Apruebo en el próximo plebiscito del 26 de Abril. Chile necesita una nueva constitución de origen legítimo que sea reflejo de su diversidad y riqueza cultural. Apoyamos el Apruebo porque nuestra nueva constitución requiere no sólo de nuevas leyes, sino de nuevos principios que los articulen. La sola reforma de artículos sin alterar los principios fundantes, no es más que la engañosa y porfiada protección del status quo articulada hoy en la consigna de “Rechazar para reformar”.
Súbela Radio apoya asimismo la opción de Convención Constitucional, para que el 100% de los delegados y delegadas sean elegidas entre la ciudadanía, en paridad, con garantías de autonomía frente a los partidos políticos, y con representación para pueblos originarios.
Como medio de comunicación hemos sido testigos de miles de chilenas y chilenos que a lo largo y ancho despliegan su creatividad, generosidad, e inteligencia al servicio de sus vecinos, su comunidad, y causas tan importantes como la cultura, el feminismo, la diversidad sexual, la transparencia, la superación de desigualdades, y el cuidado y protección del medio ambiente. Porque conocemos de cerca esos liderazgos, tenemos plena confianza en que muchos de ellos y ellas podrán canalizar sus ideas en el ejercicio de redactar una nueva constitución que sea representativa de la diversidad del pueblo de Chile.
En tiempos convulsionados para los medios de comunicación, nuestro medio ha optado por transparentar y declarar abiertamente su posición editorial para el próximo plebiscito, tal como ocurre en otros lugares del mundo. Asimismo, queremos confirmar nuestro compromiso e independencia frente a cualquier partido político o coalición. El hecho de coincidir en aspectos de diagnóstico en favor del Apruebo con actores políticos de oposición y gobierno, no confundirá nuestra autonomía. Nuestro compromiso es trabajar con rigor profesional, pero también con transparencia, siendo explícitos en reconocer el límite donde termina nuestra entrega de información y comienza nuestra opinión.
Súbela aspira a ser un nuevo medio para un nuevo Chile, un Chile que esperamos comience a dar sus nuevos pasos con el triunfo del Apruebo este próximo 26 de Abril.
Las ilustraciones que ves en este artículo son de los artistas Sofía Garabito, Garvo, Daneyth Senoceain, Dj deMentira, Rebeca Peña, Marco Villar y Comunas Unidas, quienes colaboraron en conjunto y muy pronto estarán disponibles para impresión.