Necesario, urgente y didáctico: el libro de los 30 años de la industria musical chilena
Compuesto por 10 ensayos, el libro 30 años de la industria musical chilena busca repasar algunos de los cientos de ámbitos relacionados a la música desde un punto de vista histórico y reflexivo. Te invitamos a leer la columna escrita por periodista Patricio Pérez, donde analiza el texto publicado por la editorial Hueders.
De un tiempo a esta parte, la tarea de recopilar y dejar un testimonio para la posteridad sobre las historias que han marcado el rumbo de la música popular chilena de los últimos 70 años se ha tomado en serio. Diversos trabajos han hecho justicia a la falta de literatura sobre la creación musical en la última década, y ya podemos contar algunos como imprescindibles.
A la par de biografías sobre Violeta Parra, Los Prisioneros y Los Jaivas o la trascendencia del cancionero popular de protesta, se han sumado textos que rescatan las experiencias más cercanas, el relato de eso que hemos vivido de cerca y cuyos protagonistas están aún en plena actividad.
En este tipo de libros, donde están destacadas publicaciones como Dulce Patria de Mauricio Jürgensen y Es difícil hacer cosas fáciles de Javiera Tapia y Daniel Hernández, se ubica el reciente 30 años de la Industria Musical Chilena (1988-2018), editado en conjunto por la SCD y Hueders.
En el marco de la conmemoración de los 30 años de la Sociedad de Autores Intérpretes Musicales SCD, este libro se ocupa de hacer un radiografía de buena parte de los aspectos que competen a la música chilena, desde la visibilización de artistas, las parrillas radiales, el trabajo de los sellos discográficos, el avance hacia nuevos formatos y la labor académica en la formación de nuevos músicos.
Estéticamente agradable -aunque las citas en color naranja no se hacen muy legibles-, son 10 textos independientes realizados por periodistas, investigadores y músicos, como David Ponce, Marisol García, Denise Malebrán, Federico Schumacher, Arturo Arriagada, Marcelo Aldunate, Mauricio Jürgensen, Manuel Vilches y Guillermo Riffo, entre otros.
Más allá de los datos duros que se incluyen entre sus páginas, se trata de un texto que lleva a sus propios protagonistas a hacerse un necesario autoanálisis: mirarse al espejo para ver de cerca los pilares que sostienen a la música chilena actualmente, así como también distinguir las deficiencias y tareas pendientes.
El fantasma de la ley del 20% circula entre sus letras, a la par de demandas urgentes como la mayor participación y visibilidad de las mujeres en la industria musical local, la exigencia a las productoras y medios de comunicación a apostar por los créditos locales, así como el necesario tirón de orejas a ciertos circuitos que se resisten a ver más allá, y continuan dando importancia a los mismos artistas de siempre.
El carácter revisionista y la capacidad de explicar ciertos fenómenos hacen de este libro un objeto útil y necesario, especialmente para las nuevas generaciones, quienes pueden tener una fuente directa para comprender mejor la variedad de fenómenos musicales que han dado vida al cancionero de los chilenos desde los días del retorno a la democracia hasta la actualidad.
30 AÑOS DE LA INDUSTRIA MUSICAL CHILENA (1988-2018): REFLEXIONES Y TESTIMONIOS. Hueders + SCD.