Beastie Boys Story: Ajustando el retrovisor
Dirigido por Spike Jonze, colaborador histórico de la banda, el documental que cuenta parte de la historia del evolutivo trío musical en las voces de Adam Horovitz y Michael Diamond, ya está disponible en Apple TV+.
La historia de Beastie Boys, el trío de rap originario de Nueva York, podría haber terminado solo unos años después de haber empezado. En 1988, al culminar la gira mundial de promoción de Licensed to Ill (1986), el álbum debut de la banda, Adam Yauch (MCA) le comunicó al manager, Russell Simmons, que dejaba el proyecto. Las presentaciones en vivo, que destacaban por frenéticas y una escenografía compuesta por mujeres encerradas en jaulas, habían construido una reputación del trío: chicos de fraternidad universitaria, a quienes les daba lo mismo todo y su único objetivo era estar de fiesta 24/7. Y eso era justamente de lo que Yauch, junto a Adam Horovitz y Michael Diamond (Ad-Rock y Mike D), se burlaban cuando empezaron en la música.
Después de esa renuncia, Yauch armó un proyecto llamado Brooklyn, como el lugar donde creció, y si Horovitz nunca se hubiera trasladado a Los Ángeles, California para grabar una película, la cronología del trío podría haber terminado ahí o con modificaciones en sus integrantes. Esta historia es contada por Ad-Rock y Mike D en Beastie Boys Story, el documental dirigido por Spike Jonze -amigo de la banda y hombre a cargo del videoclip de ‘Sabotage’- y que ya se encuentra disponible en Apple TV+.
Grabado en unas de las presentaciones teatrales en Brooklyn del show del mismo nombre, el largometraje es un relato que recorre desde que Yauch, Diamond y Horovitz asistían a conciertos de punk y hardcore que influenciaron el origen de la banda, hasta su última presentación en el festival Bonnaroo en 2009. Las aventuras, éxitos y fracasos que se registran en este documental son contadas por Ad-Rock y Mike D (MCA falleció en mayo del 2012, debido a un cáncer salival, lo que marcó el final de Beastie Boys como banda), en un relato que se basa en Beastie Boys Book, el libro de 590 páginas que ambos miembros sobrevivientes publicaron en 2018.
Uno de los principales temas que se tocan en ambas piezas, libro y documental, es el tratamiento de las mujeres que la banda tuvo en un principio, el que eventualmente llevaría a Yauch a escribir “Quiero decir algo que está pendiente/ La falta de respeto a las mujeres se tiene que terminar/ A todas las mujeres y hermanas y esposas y amigas/ Quiero ofrecer mi amor y respeto hasta el final” en la canción ‘Sure Shot’ de 1994.
Antes de pasar a ser un grupo musical de rap por completo, Beastie Boys estaba conformado por cuatro personas: además de Yauch, Horovitz y Diamond, Kate Schellenbach era la baterista de la banda en los tiempos en que hacían tocatas en departamentos y su sonido trataba de imitar el de Black Flag y Bad Brains. Con el aumento de popularidad del hip hop en los clubes de Nueva York, a los cuales asistían, decidieron probar su suerte en el estilo y comenzaron a dividir sus presentaciones en vivo entre hardcore y rap. Esta última era donde sumaban a Rick Rubin, un Dj estudiante de la Universidad de Nueva York, que era fan del heavy metal y la lucha libre. Como dice Horovitz arriba del escenario, mientras más tiempo los tres hombres pasaban con Rubin, menos tiempo era el que Kate compartía con ellos, lo que eventualmente llevó a que fuera echada del grupo de una pésima manera.
En una narración que presentan en capítulos, ambos recuerdan este infame período que se extendió hasta 1988, año en que se reunieron en Los Ángeles, terminaron su contrato con Def Jam y comenzaron a trabajar en Paul’s Boutique (mientras corren los créditos, Steve Buscemi expone una opinión muy interesante sobre este álbum). De ahí en adelante, los errores que marcaron esos primeros años son aceptados y la música comienza a ser un reflejo de ese aprendizaje: las letras maduran, ellos vuelven a sus viejos amigos y el documental extiende este ejercicio de memoria, que se reparte entre humor, reflexión y emotividad.
Probablemente unas de las canciones menos populares en el catálogo de Beastie Boys sea ‘I Don’t Know’ del álbum Hello Nasty, el cual Diamond y Horovitz llaman su disco favorito por el nivel de experimentación que hay en él (lamentablemente, el documental no explica cómo el trío llegó a samplear a Los Ángeles Negros y Stravinsky). Quizás con este documental haya una revaloración de esta canción, que suena en el momento más emotivo del documental: Ad Rock y Mike D dedican unos minutos a recordar lo que era MCA para ellos, un amigo que siempre los llevó un paso más lejos a través de su impredictibilidad, además de una persona de gran conciencia respecto al mundo en el que vivía. Impresionado por el voto de no violencia del Movimiento Tibetano por la Independencia, se convirtió al budismo y organizó una serie de conciertos para dar a conocer la causa.
En un perfil publicado en Rolling Stone, semanas después de la muerte de MCA, Diamond decía que “Creo que Yauch genuinamente querría que nosotros intentemos algo loco que siempre quisimos hacer, pero que nunca hemos logrado”, mientras que al comienzo de Beastie Boys Book, Adam Horovitz revela que la idea de documentar la historia de la banda siempre fue de Yauch. Si ‘Beastie Boys Story’ es esa locura, es un epílogo con humor y sentido que también homenajea a la memoria de Adam Yauch, que está muy presente en el retrovisor que parecía imposible de ajustar.