Natalia Valdebenito detalla su rol como Lucía Hiriart en “El asilo contra la opresión”: “Es maravilloso y lo único que le voy a agradecer a la vieja”
La actriz, comediante y locutora radial jamás imaginó que encarnaría a la viuda del dictador en una obra teatral en el año de la conmemoración de las cinco décadas del golpe de Estado. Mucho menos, protagonizando el debut dramatúrgico de la periodista Alejandra Matus y con la dirección de Los Contadores Auditores. En conversación franca y distendida, Natalia Valdebenito detalla cómo ha sido encarnar a una mujer que describe como siniestra y que asegura veremos fuera de control.
“Mientras más la conozco, menos cerca de Lucía me siento, no logro justificarla”, adelanta.
Por Luis Tabilo Castillo
Dice que no lo pensó cuando Alejandra Matus, la biógrafa no autorizada de Lucía Hiriart, se lo propuso. También recalca que se alegró cuando el dúo de diseñadores y directores teatrales, Los Contadores Auditores (Juan Andrés Rivera y Felipe Olivares), la invitaron a ser parte del espectáculo que reúne a Pinochet, Allende e Hiriart sobre un escenario. Natalia Valdedenito es así. No conoce el miedo, y sin dudarlo, aceptó la provocación de revivir artísticamente a la esposa del tirano en “El asilo contra la opresión”.
“Es un desafío súper grande porque me desafía como persona y como actriz”, afirma Valdebenito.
"En 1973, en el momento en que Allende se prepara para suicidarse en La Moneda, un agente infiltrado de la KGB le inyecta un suero experimental que lo hace inmortal (DORIAN1). Lo saca en secreto y lo lleva a un asilo de ancianos ubicado en el Cayo Tavernier, cerca de Miami. En 2006, cuando agoniza, Pinochet recibe el suero, que se ha perfeccionado por un acuerdo entre Moscú y la CIA, tras la caída del muro de Berlín (DORIAN2) y es llevado al mismo asilo. La coexistencia pacífica que han logrado los residentes se ve interrumpida por la llegada de una inesperada paciente".
Así es el preámbulo del montaje teatral -una coproducción entre el GAM, Fundación Teatro a Mil y Teatro Biobío- que tiene a Claudio Arredondo caracterizado como Augusto Pinochet y Jaime Omeñaca interpretando a Salvador Allende, además de un amplio elenco que reúne a jóvenes y experimentados actores nacionales como Carmen Disa Gutiérrez y Tatiana Molina, entre varios más.
La idea nació en el año 2019 cuando Alejandra Matus cursaba el Máster de Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York. La autora de “El libro negro de la justicia chilena” reveló al podcast Me Importas Tú que la obra es una “comedia que duele”, surgida como el trabajo final del taller impartido por el destacado dramaturgo copiapino, Alejandro “Chato” Moreno, autor de “La Amante Fascista”.
Liberando su mente y utilizando la provocación como herramienta de creación artística, la periodista de investigación exploró los pasadizos de la historia de Chile genuinamente desde el humor y el absurdo.
“Desde el primer momento me enamoré de la dramaturgia (...) El “Chato” Moreno me dijo ´Ale, esta obra nunca te la van a montar en Chile´, y qué me dijeron a mi, una que es ´contreras´”, contó al programa de conversación.
De retorno al país, Alejandra Matus compartió una copia de “El asilo contra la opresión” a Carmen Romero, periodista, gestora cultural y directora general del Festival Santiago a Mil, quien tras la revisión del guión recomendó que se reuniera con Los Contadores Auditores para hacer la obra realidad.
“Es la exploración de aquellos puntos incómodos, en que si no hubiera habido golpe, Allende y Pinochet tenían una zona donde pudieron ser amigos”, señala la autora sobre su ópera prima.
En este sentido, Natalia Valdebenito agradece que la reflexión artística de Lucía Hiriart surja desde la comedia.
“Siento que va mucho más al chancho, la define de una manera mucho más carnaza, mucho más brutal, y eso solamente lo puede hacer la comedia”, remarca.
FENÓMENO POP
Durante el verano recién pasado, en el marco de la gira por Europa de su exitoso show de comedia titulado Fea, Natalia Valdebenito anunció en el diario español El País que sería la ex esposa de Pinochet una obra teatral.
“Yo voy a hacer de Lucía, que es un desafío. Un personaje que en Chile ha estado muy protegido, sobre el que yo he hecho bromas y ahora me toca interpretarla”, dijo.
Siete años antes, en la tercera jornada del Festival de Viña del Mar 2016 y frente a la exalcaldesa pinochetista Virginia Reginato (UDI), la comediante, según ha confesado, se dio un “gustito” fuera de libreto frente a todo Chile. Ante miles de espectadores en la Quinta Vergara, y con 43 puntos de rating en televisión abierta, Natalia bromeó con que Lucía Hiriart era una “loca dura, buena pa`vivir”.
“La Ale nos echa la culpa de haberla convertido en un fenómeno pop. Así, junto con la cuenta “Se murió la vieja” de Twitter, entre lo que había dicho yo, el libro de ella, la convertimos en un fenómeno pop”, dice.
RESISTENCIA
Pero no ha sido fácil darle vida al personaje. La actriz de 43 años a lo largo de su carrera profesional no ha ocultado su opinión política ni la irrestricta defensa de los derechos humanos. Por lo mismo, el proceso artístico de enamorarse y defender a Lucía Hiriart es complejo e intenso.
“Es difícil por hartos motivos, no solamente por quién es, sino que es muy difícil meterse en el sentido común tan distinto a una (...) es una persona que razona de una manera distinta, decide de una manera distinta y su moral está en otra caja que yo no conocía, es muy loco verse haciendo esto”.
En algunos pasajes de la obra, Lucía Hiriart mantiene cercanía con Salvador Allende, y justamente traspasar esas emociones ha sido una de las batallas que la actriz ha debido enfrentar desde el escenario.
“En un momento me di cuenta que yo estaba poniendo resistencia a ciertas cosas, casi que poniéndome en el lugar del público, para que no vieran esto, porque era un sacrilegio”, confiesa.
“Me descubrí negándome a lo que me estaban pidiendo. Me decían ´más simpática, más coqueta ́, y yo decía sí, pero después no lo hacía. Entonces me fui para la casa con esa reflexión y me di cuenta de que como actriz lo que más me ha costado es hacer esa junta, esa unión entre yo y ella. Como me dijo la Ale alguna vez, ´Hay que sacar la Lucía que todas llevamos dentro´. Mientras más la conozco, menos cerca de Lucía me siento. No logro justificarla”.
Para preparar el tono de voz y gesticulaciones, Natalia ha tomado como base material audiovisual de archivo y duerme escuchándola. Además, el libro “Doña Lucía”, la biografía no autorizada escrita por Alejandra Matus, ha servido como fuente de inspiración. Pero por más que quiera empatizar con la ex directora de Cema Chile, es imposible.
“Ella es siniestra, es una persona que no tiene una altura moral en la cual nos podamos poner cerca. No tiene ninguna compasión por el prójimo, ni por quienes alguna vez quiso, ni por quienes les importan. Todo está a su uso, todo está a su merced, todo lo utiliza para su propio bien”.
Sin embargo, y pese a todo, Natalia no duda en recalcar que ser Lucía Hiriart de Pinochet es un privilegio único en su carrera profesional.
“La gente podría esperar que uno dijera `Es terrible hacer este personaje`. ¡Es maravilloso! Es lo único que le voy a agradecer a la vieja por existir, porque es maravilloso poder ser así, poder mirar con ojos de venganza. Yo nunca lo había hecho. Entonces, como que me pone en un lugar que nunca había habitado”.
CON GLADYS EN EL CORAZÓN
Durante los ensayos, Natalia Valdebenito viste una polera estampada con la imagen de Gladys Marín. La histórica líder comunista luce en su pecho, como una especie de talismán bloqueando energías desde el más allá. “Hemos tenido las vicisitudes más grandes y sabemos que hay demonios que no quieren que hagamos esto”, remarca la comediante.
Por lo mismo, al finalizar los preparativos en el Centro Cultural Gabriela Mistral, edificio clave en la historia de la Unidad Popular y la dictadura cívico-militar, el elenco realiza sahumerios para que “Lucía suelte a Natalia”.
“Mis compañeros cuando terminan los ensayos me hacen úh, uh`(hace gesto de echar afuera). Quedo con un rictus en mi cara o con un tono, porque le he tratado a sacar una voz a este personaje que no es la mía bien particular. La escucho mucho, por eso sueño cosas raras”.
Finalmente, la comediante que actualmente se encuentra en España realizando stand up comedy, valora que la obra sea parte de la línea curatorial especial del GAM por la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.
“La historia es incómoda porque estos personajes nos duelen, porque sin justicia, sin reparación, sin garantía de no repetición, estas son las cosas que suceden. Si en nuestro país hubiese habido justicia, si hubiese otra Constitución, si hubiésemos tenido de verdad el valor de ir en contra de la impunidad, no estaríamos hablando de estos temas”, culmina.
Créditos: Pato Melo
El estreno de la obra será el próximo 5 de mayo en el Centro Cultural Gabriela Mistral y tendrá funciones en Concepción del 30 de agosto al 1 de septiembre.
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