Combatir el silencio con una canción: Grace Caracol visibiliza el grooming
Con un disco de estudio y otro a punto de ver la luz, Grace Caracol, cantautora de Talagante, decidió cantar sobre el grooming en El Reino, su nuevo single. Este concepto significa ciberacoso de un adulto a un/a menor de edad para buscar su amistad. Y en Súbela conversamos con la artista para que nos cuente más sobre su canción.
“Escribo de lo que me hace ruido, después lo canto”. Esa es la descripción del perfil de Instagram de Grace Caracol, compositora nacional que está a punto de lanzar “La Travesía”, su segundo EP. Como adelanto de este, publicó El Reino, un reggeaton suavecito que entre dulces melodías y sonidos de ensueño, narra la lúgubre historia de un rey que quiere conquistar a una princesa.
Este cuento de hadas, es la manera en la que Grace decidió explicar el grooming a preadolescentes y adolescentes. Con el afán de que la historia no se repita y se pueda salvar a niñes de ser víctimas de la cultura de la pedofilia.
Para conocer más de este single, conversamos con Grace sobre sus inspiraciones, sus motivaciones y por qué no; sobre cómo se le ocurrió transformar un tema tan profundo y delicado como la pederastia, en un cuento de hadas fácil de empatizar y comprender.
¿Cuándo compusiste esta canción? ¿En qué período de tiempo?
Fue cuando funaron a Briceño. Lo recuerdo muy bien porque cuando era adolescente era full fan de Fother Muckers, mucha admiración hacia él en general. Y después cuando empezaron a ocurrir estas funas masivas en 2017, 2018 por ahí, caché que uno en verdad no tiene que endiosar a la gente. Después, Briceño se puso a hablar tonteras, le perdí el rastro, dejé de escuchar su música y ya no me caía bien. Pero cuando fue lo de su funa desbloqueé un recuerdo. Básicamente, me pasó que leí la funa, vi su vídeo y él parecía realmente convencido de que estaba enamorado de esta niña, a pesar de los 10 años de edad de diferencia. Y la niña todo lo contrario, muy como ‘este loco está enfermo’. Y ahí me acordé. Fui desbloqueando todo y en el momento de catarsis, no sabía qué hacer y escribí. Y salió la canción. En verdad no le cambié la letra ni nada. Nunca tiendo a editar mucho las canciones, pero esta en particular, salió entera.
Una de las cosas que me gusta de El Reino, además obviamente su mensaje, es su narrativa. ¿Cómo fue que llegaste a esta analogía que simula un cuento de hadas?
Me pasó que quería botar toda la pena y no sabía cómo abordarlo porque sonaba tan denso y personal que no quería mostrarlo. Quería expresar las cosas que había vivido sin tener que exponerme tanto, porque de por sí el tema ya es una exposición intensa. Y claro, me puse en ese caso y cuando compongo tengo un sistema donde primero pongo puntos esenciales de qué quiero y no quiero hacer. Quería que el mensaje pudiera llegar a preadolescentes y que no fuera como ‘ah, que paja’ porque el preadolescente no tiene intención de escucharte, jura que sabe todo. Entonces, ahí se me ocurrió hacerlo como un cuento. Un cuento de hadas donde hay una princesa y un rey que la viene a conquistar. Me gustaba el contraste, esa dicotomía entre el cuento de hadas muy bonito, donde todo suena bien. Pero que, de repente, acaba. Y en verdad te dice que esto no es un cuento, hay varios hombres que te buscan y te dicen que eres más madura para tu edad. Cuando lo único que en realidad quieren es una relación de poder.
Le mostré esta canción a una amiga y me dijo “Qué fuerte la letra. No sabía que necesitaba tanto escuchar esta canción”. Respecto a eso, ¿Cómo es para ti la relación entre la música y la posibilidad de ayudar a otras personas mediante ella?
Me pasó que llegaron más mujeres a decirme eso. ‘Me hubiese gustado que esta canción estuviera cuando yo tenía 15’. ‘Me hubiese gustado poder escuchar esta canción cuando un loco estaba cuenteándome’. Llegó mucha mujer a decirme ese tipo de cosas y fue brígido. Yo también le canto a la Grace pequeña, y digo, ‘pucha, mi pequeña, que ganas de haberte contado’. Para mí todo acto es político. Todo lo que haces es una acción que repercute en otras personas. Y si haces música y tienes una plataforma para ayudar, yo creo que lo mejor es hacerlo. Si me quedara ensimismada, hubiese escrito El Reino, me hubiese hecho bien sólo a mí y no lo hubiese compartido. Pero nunca fue mi afán. A mí ya me pasó lamentablemente y aprendí. Pero mi afán es ayudar a otras personas a que por último si les pasa tengan conciencia y digan ‘ok, está pasando esto, mejor me voy’. Que no llegue demasiado lejos.
¿Cómo has sentido la recepción de la canción? Igual me contaste un poco, pero quiero ahondar en esto.
Han sido prácticamente puras mujeres. Ha llegado morbo, eso sí, gente que quiere entrevistarme sólo para saber qué me pasó a mí. Pero aparte de eso, fue brígido porque cuando tenía que empezar a promocionarla, le escribí al sello y les dije que no me sentía capaz de hacerlo. No sentía que fuera necesario ni me sentía anímicamente bien porque la canción es super densa. Y me dijeron que era mi onda, que se respetaba mi espacio. Ya iba a salir la canción y justo vi a mi sobrina, lo pasé bien y fue como ‘pucha, está bien que no quiera hacer nada pero es necesario visibilizar estas cosas porque es importante. No sé si la canción sea suficiente, creo que es importante visibilizar testimonios’. Ahí fue cuando se me ocurrió hacer un post para explicar qué es el grooming porque hay gente que no sabe y abrí la opción de recolectar testimonios. Llegaron puras mujeres a contar sus historias. Me pasó que cuando publiqué algunos, varias cabras me dijeron que querían mandar su relato pero no se atrevieron, y que ahora sí querían contarme. Entonces igual fue bacán ese efecto dominó donde empezai una cosita y hay algunas personas que te ayudan y otras que no se atreven, pero que cuando ven que otras sí lo hacen, van avanzando.
¿Por qué crees que es importante hablar sobre este tema?
Me encantaría no tener que visibilizar esto pero es un problema que está demasiado escondido y que está constantemente ahí, siempre. Hay hartas cosas que se han podido hablar más con el feminismo. Hartos problemas en el patriarcado que se nos imponen a las mujeres y disidencias en general. Pero este tipo de cosas, aún estamos en la punta del iceberg y es mucho más profundo. Ayer hablaba con una amiga y le decía que vi un gráfico que mostraba en qué rango etario de hombres se fijaban las mujeres cuando envejecían. Y el rango era muy igual, muy parejito. En cambio, los hombres igual se iban fijando en las más jóvenes y en las de su edad, pero nunca dejaban de fijarse en las más jóvenes. Entonces, que en las películas salgan personas interpretando los mismos papeles pero que en verdad el loco sea 20 años mayor, está en tantos planos de la normalidad que por eso es tan difícil sacarlo. El otro día veía un video sobre una chica que tenía 16, una gringa que se casó con un actor que ya había tenido dos matrimonios fallidos. Se conocieron online, empezaron a salir y se casaron con el permiso de los papás de esta cabra. La niña ahora tiene 25, recién salió de la relación y se dio cuenta de que era grooming; el loco era super controlador. Y como dije anteriormente este tipo de personas buscan esta relación de poder, una relación asimétrica brígida que está en tantos planos, que creo es necesario hablarlo.
¿Cuando hiciste El Reino te diste el trabajo de buscar e investigar referencias? ¿Encontraste alguna otra canción que hablara de esto?
No me di la pega porque estaba en la de ‘necesito botar esta pena’. Pero, en general, escucho harta música y he pasado por varios estilos musicales en mi vida. Traté de hacer el ejercicio de recordar alguna cosa, alguna banda que hablara de eso y no encontré ninguna. Después googleando términos base del grooming, me pasó que tampoco encontré mucha información. Hay información de su definición, pero en general se habla de una persona mayor. Este viejo asqueroso que acecha a niños chicos. No se habla de que esta persona puede verse como una persona normal, que trabaja, hace sus cosas en su vida diaria, que en todas sus otras relaciones interpersonales está súper bien. Entonces, eso hace que este problema se despersonalice, que no se entienda que puede ser cualquier persona a su alrededor. Como ese amigo de 23 que está pololeando con una niña del colegio. A mi me pasó caleta que vi amigas pololeando con chiquillos mayores. Y cuando cumplí 23 o 24 dije ‘esta gente se ve mucho más chica. No podría estar con alguien que está en el colegio’. Entonces, es brígido porque cuando eres adolescente no lo ves, pero después cuando eres adulto y puedes mirar pa’ abajo sí te das cuenta que hay todo un proceso de maduración. Hay gente que dice ‘ay, pero si se ve súper mayor’. Pero alguien se puede ver súper mayor, se puede haber desarrollado por las hormonas, por ejemplo. Pero el proceso cognitivo, las vivencias que ha tenido, no son las mismas.
El Reino suena como de ensueño. ¿Cuáles fueron tus referencias sonoras para producirla?
En verdad esta canción como casi todas las que trabajaba con Wally eran muy de mandar voz y guitarra por grabación de Whatsapp. Y cuando llegó el momento de armar el EP, decidimos que había que poner El Reino porque era importante. Entonces ahí supe que no quería tanto elemento, quería que se quedara con lo esencial. Lo principal es la voz, por el mensaje que transmite a través de la letra. ‘Que la música sea un acompañamiento y que suene como de cuento’, esa fue mi explicación a Wally. Quiero que suene bonito, que suene dulce, muy suavecito y que no se note ningún instrumento. Muy como lo que se hace en Steven Universe. Y la principal inspiración fue Dulce y Agraz, como estos reguetones con un dembow suavecito, un reggeaton que no es realmente reggeaton pero que tiene el ritmo de base. Me recuerda a la canción que tiene con Natisú, Bajo tus ojos. O la canción que tiene con Princesa Alba, Nada que temer. Esas fueron las inspiraciones base. Y el elemento de quiero que suene como cuento de hadas.
Lo bacán era esta caída que tiene después. Cuando termina la parte densa de ‘está muy normalizado, la cultura de la pedofilia no entienden’, empieza a sonar un ruido de fondo a mitad de esa parte densa. Que empieza a molestar y cuando termina esa parte suena mucho más fuerte y empieza de nuevo el coro. Fue justamente con esa intención. Sabemos que ese mensaje molesta. Que había gente que le iba a molestar que pusiera cultura de la pedofilia en una canción. Sabía que iba a hacer ruido. Y qué mejor manera de representar el ruido, que haciendo ruido.
Como última pregunta. Si pudieras darle un mensaje a cualquier niña que ojalá esté leyendo esto. ¿Qué le dirías?
Que yo sé que probablemente no me va a hacer caso, porque uno nunca hace caso a esa edad. Pero que igual lo voy a intentar. Voy a tratar de llegar a ti y te voy a decir que uno en realidad no sabe todo, como piensa que lo sabe. Que yo sé que quizás no me vai a pescar pero que por último escuches la canción que hice y entiendas que esto es demasiado normal y que está metido sistemáticamente en cómo nos crian. Hay gente que dice, ‘ya, pero son niños, no te van a escuchar’. Pero si dejamos el adultocentrismo de lado, perfectamente se les pueden explicar este tipo de cosas a los infantes para que no pasen por estas situaciones. A mí me criaron con miedo y me costó demasiado dejar de tenerle miedo a todas las cosas. Por eso creo que desde mi espacio lo más sensato que podía hacer era combatir el silencio con una canción. Y espero que la canción ayude a concientizar a que esto no se repita.