Macarena Ripamonti: “El festival tiene un componente político y cultural. No se va acabar. Hay que puro potenciarlo”
Fanática de Metallica, DJ, cheerleader, scout y alcaldesa electa de Viña del Mar. Macarena Ripamonti visitó El Amor Según, para conversar junto a Camila y Vicente Gutiérrez de cómo sería su noche perfecta en el festival y recordar anécdotas de la Ciudad Jardín.
Con solo 29 años, Macarena Ripamonti fue electa alcaldesa de Viña del Mar con una amplia mayoría. Luego de décadas de gobiernos locales de derecha, su figura ha sido bastante reconocida en redes sociales por las dudas que de inmediato generó sobre la realización del festival y la viralización de un meme que decía “Viña del Marx”.
Para hablar de todo esto y conocerla un poquito más, Camila y Vicente Gutiérrez usaron su humor de siempre y recordaron momentos como el gaviotazo de Enrique Iglesias, el Marlenazo e incluso a Felipito Camiroaga. Aquí un extracto de la entrevista.
¿Tienes facultades de injerencia en el festival?
El festival partió como una feria de artesanía en Avenida Potrerillo en los años 60. Parte de esa feria tenía un puestito donde se hacía un festival de la canción. Llegaban personas a cantar y se les premiaba. Luego el municipio era el que se ponía con los gastos y toda la implementación, el montaje. Y después lo que se ha hecho es licitarlo, y con los años se ha vuelto un programa televisivo. De hecho, el 2002 cuando muere la concha acústica, que era la forma de amplificar artesanalmente el festival, se monta este escenario de espectáculo televisivo. Pero respondiendo muy concretamente la pregunta, sí, todavía se pueden hacer muchas cosas. Obviamente hay licitaciones que son cuatrianuales, el 2022 fue la prórroga del que no se hizo en 2021 y hay como ciertas obligaciones amarradas que hay que revisar, pero sí o sí, es patrimonio municipal.
Entonces, si tu dijerai... ‘Quiero que vuelva la concha acústica’, ¿Se puede?
Hay que guardar proporciones. Podríamos querer muchas cosas, pero imagínate que esta forma de licitar es porque es un festival millonario. El municipio solamente gasta, y esto es super bueno decirlo porque hay personas que dicen que deberían dejar de hacerlo para ahorrarse plata y gastarla en los cerros. Bueno, lo único que hace el municipio aquí es mantener los jardines y los espacios durante los años, pero se licita y quien corre con los gastos son los canales de televisión que se lo adjudican mediante licitación. Entonces, finalmente son puros ingresos que tú recibes por el municipio. Que son alrededor de 4200 millones de pesos.
O sea, ¿El municipio gana plata con el festival?
Gana plata, solo gana. Entonces si queremos derrumbar lo que existe para hacer una concha acústica, tiene que salir del bolsillo de uno. Y cuando tienes un municipio con 14 mil millones de pesos de déficit es difícil pensar que eso pueda ser una de las prioridades. Se pueden buscar formas, hay que ver cómo. Que esto lo decida la sociedad, ¿no? Procesos participativos.
¿Qué pensamos de la figura del reinado? ¿La queremos mantener? ¿La queremos sacar?
No me gusta mucho, porque puede haber reinados y reinados. Me acuerdo de una actividad en un territorio con un festival paralelo que nunca ha sido iluminado por la tele y ahí se hacía un festival de canción y humor, y competían cerros unos con otros. Ahí también habían reinados. De hecho, fui reina de la primavera cuando era muy pequeñita, cuando era scout. Pero no era esto de tirarse el piscinazo, que mientras más en pelota estís, mejor, porque hay más rating. Al final, pasamos de un festival de la canción que era impresionante a nivel internacional porque en los 60 hubo personas que con pocos recursos se esforzaron para montar un espectáculo de alta calidad técnica que se escuchaba increíble. Recordemos que en la dictadura no había festivales, estaba prohibido todo y el único lugar de celebración eran dos semanas en Viña del Mar de Chile. Donde la gente podía gritar y decir cosas. Era un sólo pueblo que se podía expresar, cuando por años la gente no podía hacer nada, no podía juntarse, no había espectáculos en ningún lado del país. Hay un fenómeno político, hay cultura. Y todo eso se empieza a descascarar. Pasamos de cultura a netamente televisión. Y creo que podemos juntar las dos cosas, me parece que parte de esa decadencia fue eso, mujeres en pelota, entre una que va a funar a la otra, ¿se acuerdan?
Es la Ripanoche en el Festival de Viña y puedes escoger lo que quieras. ¿Quiénes serían tu pareja animadora ideal para el festival? Alguien que ya haya animado… puedes resucitar personas. Puedes decir que Camila y Vicente Gutiérrez… puedes decir lo que quieras.
Felipito, sin duda. Me pasa con Felipe que cuando era animador yo era deportista. Fui cheerleader y de pronto sacamos pega para poder trabajar en los veranos como extras. Te pagaban 10 lucas por ser extras. Me tocó trabajar en un comercial que salía él y Onetto. Ellos caminaban y yo estaba así como ‘Oh, Felipito’, al lado de él. Y es muy cordial. Había pura gente desconocida como pendex, y él era super buena onda. Todo bien con felipito. Además, le encanta a mi abuela.
Sigue la Ripanoche en el Festival de Viña del Mar, ¿a quién llevarías de humorista?
Le voy a dar el gusto a Fabricio Copano, porque el otro día me molestó diciéndome que ya había hablado conmigo a propósito de los humoristas que iba a escoger. Y dijo: Primera noche, Natalia Valdebenito. Segunda noche, Natalia Valdebenito. Tercera noche, Natalia Valdebenito. Así que mi humorista es Natalia Valdebenito.
¿Y a qué artistas llevarías en tu Ripanoche?
A Soda Stereo. No pude verlos nunca, es un dolor en mi corazón. Y que estén vivos, quizás no le guste a nadie, pero Metallica. Mi banda favorita de la vida. Creo que sería un espectáculo increíble. Es caro sí, porque además tocan con su propio sonido. No tocan con los equipos de otro lado para sonar perfectos e idénticos en cada lugar. Y chileno, Mon Laferte, del 4 de Gómez Carreño. Nuevamente la traería, todo el rato. Además, tuve el placer de trabajar muchos años con la Sol, su hermana. Fui garzona y trabajamos juntas.
¿Mantendrías la gala del festival?
Me pasa un poco lo mismo que con el show de la reina. Siempre hubo un espectáculo alrededor del festival. El Hotel Gala, que también es inmueble municipal, se ocupaba como espacio para poder planear lo que ocurría en el festival, llegaban los artistas desde antaño. Se ponían pantallas para ver que estaba ocurriendo. El festival tiene un inicio en el que partía a las 7 de la tarde y tenía dos momentos, en la tarde y luego repetían el mismo show en la noche. Las personas iban a cantar al casino también. El festival empapaba toda la ciudad. Había gala de alguna manera en el Hotel O’Higgins y en el casino también. Pero luego eso se vuelca y se toma solo desde una perspectiva televisiva. Se vuelve todo como esto de modelar los dedos para mostrar las joyas, y eso me impacta. Pero bueno, si es lo que las personas quieren, hay posibilidades de que eso siga, se acuerde y sea una decisión colectiva. Porque creo que finalmente es cultura, y lo que uno piensa y no le gusta, no lo puede imponer. A mí personalmente no me gusta pero creo que puede ser una decisión que continúe si es que así las personas lo quieren.
¿Se puede plebiscitar hacer gala o no hacer gala? ¿O esas cosas no existen?
En términos estrictos, los plebiscitos no se pueden hacer en años electorales. Y el plebiscito como instrumento jurídico es super estrecho. Para que esto resulte, tiene que votar cierta cantidad del padrón para que sea vinculante. Pero tú puedes perfectamente tener espacios de convivencia política con las personas para poder decidir. Nosotros hicimos una mini institución que se llama Viña Decide, en donde se trabajan ordenanzas de manera colectiva y pública, donde hay espacios de convivencia. Si hay voluntad de querer escuchar y de generar instrumentos para poder consultar, se va a hacer. Quizás no mediante plebiscito pero si con consulta, dispositivos tecnológicos, obvio. Quiero hacerlo así.
¿Algo que quieras agregar antes de cerrar?
Quiero dar tranquilidad porque me causó un revuelo inesperado lo del festival, pero es porque soy muy de provincia y muy viñamarina. Entonces para mi es algo normal, pero sí es importante. Es un festival que tiene un componente político, cultural y que no se va a acabar. Hay que puro potenciarlo. Hay personas que estaban asustadas de que fuera el final del festival. Y eso es insólito, por favor, no se va a terminar el festival.
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