¿Por qué competimos entre mujeres?
En este post te contamos algunas de las reflexiones que hicimos en la Terapia Grupal de Café Con Nata con Raffa di Girólamo, donde nos acercamos a las preguntas: ¿Por qué solemos competir entre nosotras? ¿Qué rol juega la sororidad en todo este asunto?
A menudo, cuando se habla de la díada de estos tiempos “feminismo-sororidad”, se discute también el fenómeno de generaciones de mujeres que crecieron compitiendo entre ellas. Quién era la más linda, cuál era la más inteligente, quién era mejor madre, etc. Competencias que, por cierto, no han sido erradicadas del todo pero que últimamente están atravesadas por las reflexiones que no para de dejarnos la nueva ola feminista.
¿Por qué crecimos sintiendo que debíamos competir entre nosotras?
Para Raffa di Girólamo, esa sensación arraigada en muchas mujeres desde que son pequeñas está estrictamente relacionada con la construcción de todo un sistema. “El patriarcado es una fórmula que tiene que ver con la protección, con quién provee y cuida, un rol se le puso al hombre”, dice la terapeuta. Bajo esa lógica, explica, donde hay dos roles, un proveedor y un dependiente, la mujer pasa a ocupar este segundo. “Al tener que hacerlo, significa que no puedo quedar ni sola ni soltera. Y para eso se arman estructuras de cómo debe ser la mujer para ser elegida, aceptada o deseada”, agrega. Así, si cuando son pequeñas las mujeres suelen validarse más por sus habilidades, llegada la adolescencia, comienzan a sentir la presión por esos parámetros que supuestamente las vuelven elegibles: el tamaño de los senos, el ser más flaca o delgada que otra, el tener buenas caderas y una cintura pequeña, etc.
En la reciente oleada feminista, el concepto sororidad ha ocupado un lugar relevante en las discusiones del movimiento. Sororidad hace referencia a la relación de solidaridad entre las mujeres, entendiendo que están insertas en una sociedad que las sitúa constantemente en desventaja.
Raffaella comenta que en este nuevo contexto con miles de mujeres acercándose al feminismo y queriendo practicar sus valores, han aparecido nuevas culpas en esos espacios donde se desean cosas. “Los deseos personales se están confundiendo con las envidias y las competencias, con lo bueno y lo malo. Y hay un debate constante sobre cómo siendo mujer lucho para lograr ciertas cosas desde la sororidad, entendiendo que en algunos espacios igual debo competir y luchar”, relata Raffaella.
Durante esta Terapia Grupal, ya saben, solemos abrir nuestros corazones y contar algunas de nuestras experiencias esperando que sean un aporte. Natalia Valdebenito recordó cuando una amiga le dijo: “Tu seguridad me ofende”. “Quedé impactada, primero, de que se me viera segura porque una lucha con eso todo el tiempo. Y también me pasé al lado de ella, quien me lo explicó: ‘Ofende porque las mujeres somos inseguras y tu pareces no tener ese problema’”.