A una semana del triunfo de Boric: crónica del día en que Chile vivió una avalancha electoral
El equipo de Súbela Radio se desplegó en la capital para acompañar y contener a su audiencia durante un día marcado por la ansiedad. En esta crónica en primera persona, el periodista José María Del Pino relata lo que vivió en las calles y en los comandos presidenciales.
Escribo este texto desde un tren que une Chillán con Estación Central. Viajo de vuelta de navidad y el reloj marca las 15:05 horas. Hace exactos siete días, en este preciso momento, centenas de vecinas y vecinos de Santiago se desplegaban voluntariamente en la capital y otros rincones del país para paliar el déficit de locomoción colectiva que impedía a otros llegar a votar.
Revivir ese día se me hace fácil. Los periodistas nos preparamos durante años para jornadas como esas, las esperamos con ansias. Nada puede fallar: equipos, coordinación, estabilidad de la señal, y mensajes de ánimo; mucho ánimo durante una jornada extenuante.
Eran las 7:45 AM cuando pasé a buscar al director de Súbela, Juan Margotta, para llegar juntos a abrir la oficina. Desde ahí levantaríamos la señal que permitiría, a nuestra audiencia, ver en vivo las votaciones del presidente Piñera, la ex presidenta Bachelet y, como no, de los candidatos presidenciales.
Con esas transmisiones comenzó un torbellino de emociones que no pararían hasta pasada las diez de la noche, cuando la señal se apagó. La bitácora del minuto a minuto de ese día es el intercambio de mensajes de whatsapp, la coordinación técnica, la información que nos llegaba y chequeábamos y las decisiones editoriales que toda cobertura en vivo lleva consigo.
“Ojo con la locomoción”
-Negro, atento con el transporte público, hay problemas – le dije a Juan Margotta pasadas las diez de la mañana.
Aún no había vocerías del comando de Boric ni de la ministra de Transportes, Gloria Hutt. Yo iba camino al Estadio Monumental para salir en vivo y palpar los niveles de participación, acompañado por Pedro Ozimica, compañero audiovisual de mil batallas electorales –y de vida- durante estos últimos dos años.
Margotta comenzó a revisar en redes sociales un aumento paulatino de reclamos, quejas y fotos. El twitter de la radio comenzó evidenciar parte de estos reclamos. Luego vino Izkia y aparecieron los alcaldes.
-Habla Hutt a las 12, ojo con la locomoción que va a ser temazo[sic] – continuó nuestra conversación por mensajería.
En avenida Vicuña Mackenna, en Las Torres, en Quilín y en todos lados, los paraderos tenían mucha gente. Algo que contrastaba con lo expedito y desocupados que estaban los locales de votación. Una papeleta más chica y vocales con mayor experiencia, por la primera vuelta, hicieron del proceso –ya dentro de los colegios- un placer.
Recorrimos todo el Estadio Monumental, mesa por mesa mostrando lo que ocurría. La participación estaba más alta y los vocales con muy buen ánimo. Paralelamente, a la radio llegaba información de distintos municipios que disponían de transporte municipal para mitigar la falta de locomoción.
También las fotos de desinteresadas vecinas y vecinos que empezaron a movilizar a otros hacia sus locales de votación. En nuestra programación, le tocaba el turno a la Nata Valdevenito con su votación. Eso no ocurrió finalmente, o no en ese orden.
La Nata irrumpió en Instagram Live transportando gente, colaborando con vecinos que querían llegar a votar. La seguimos atentamente, era el pálpito de la noticia del momento en primera persona y desde la calle, el lugar donde nuestra audiencia espera que estemos para relatarle los hechos con fidelidad.
¿Cómo sabré quien va a ganar, dame una señal?
Después de salir del Monumental, un momento de colación rápido. En el intertanto, la épica del transporte se había instalado y las imágenes de furgones, camiones, o pequeños autos con letreros de “te llevo a votar” se multiplicaron. Y por qué no, conmovieron a muchos.
Ya en la radio, dos rebanadas de pizza y volver a trabajar. Era momento de ir al Carmela Carvajal. Ahí las mesas habían sobrepasado ampliamente sus niveles de votación en primera vuelta. 20 o 30 votos más por mesa, hacían presagiar que estaríamos frente a una votación histórica.
Conversamos en vivo con el Constituyente Patricio Fernández, para que luego Sol Abarca empezara el momento de los análisis. El primero de varios que vendrían en la tarde y que también tuvieron a Rayen Araya con Alberto Mayol.
La hora avanzaba y los nervios, la ansiedad y la necesidad de respuesta, crecían. Pocos, muy pocos, se atrevían a anticipar escenarios. Salvo en La Moneda.
-La Moneda calcula participación sobre el 50%, incluso 52% - le escribí a Juan. “Ya, vamos con eso”, respondió.
En palacio se quedarían cortos. Sin embargo, mientras corroborábamos los datos del gobierno con otras fuentes, recibí un mensaje desde el Ministerio de Desarrollo Social. “Karla (Rubilar) está muy preocupada por el nivel de acarreo y de participación, muy pesimista del resultado”, decía el mensaje cuyo o cuya autor o autora no se puede revelar.
Minutos antes, en la Radio, Clau Cayo me había pedido algo de certezas. “¿Cómo sabré quien va a ganar, dame una señal?”, me insistió. Sus esperanzas estaban puestas en que, al aire, le pudiese entregar alguna clave para saber si los primeros conteos serían indicativos de algún tipo de tendencias.
-Clau, voy a partir en el comando de Kast. Si Boric va a ganar, yo diré que me iré al otro comando, esa es la señal. Si me quedo, significa que el resultado lo favorecerá – le dije.
Así, a las 17:45, llegamos a la sede de campaña de José Antonio Kast.
“Exclusivo de Súbela Radio, Súbela News”
Había dos carpas amplias. Mucha bebida y comida para esperar el momento final. En una carpa, nosotros, los periodistas. En la otra, los líderes republicanos con algo más de privacidad. No querían exponerse a fotos si los resultados eran adversos. Pero con Súbela, eso iba a pasar igual.
Los primeros conteos comenzaron a caer y, de a poco, el ánimo en el comando de Kast comenzó a bajar. “Faltan los votos del sur”, comentaban los más optimistas. En la carpa de los líderes se escuchaban aplausos con el conteo al 3%, el que indicaba una disputa voto a voto en territorio nacional. Pero fue un espejismo.
-Esperemos al cómputo al 10% y me voy- le dije a Juan. Eran las 18:37 y las tendencias desde distintas ciudades comenzaban incipientemente a consolidarse.
Pedro, en una avivada, obtuvo una de las pocas imágenes y registros que existen sobre el ambiente de la carpa de los dirigentes. Entremedio de un pliego de la tela, metió la cámara. Era un funeral. “Exclusivo de Súbela Radio, Súbela News”, repetíamos mientras mostrábamos la imagen.
Hacía malabares para que nadie notase que su cámara estaba ahí. Y yo, le cubría la retaguardia para que alguien lo viniese a sacar por la espalda.
Logramos el cometido sin contratiempos y el despacho continuó desde la carpa de prensa. Al cierre, llegó el momento de la frase clave: “nos vamos donde Gabriel Boric”.
Con el equipo de la radio analizábamos los resultados y las tendencias para decidir un momento que, en todo medio, es reputacional. Lo que en Estados Unidos se denomina “the call”, o “la llamada”: aquel instante donde uno se atreve a decir que tal o cual es el presidente electo del país.
Esa llamada llegaría 15 minutos después del cierre del despacho, cuando nosotros ya íbamos manejando al Hotel Fundadores, el epicentro político de Apruebo Dignidad, donde Gabriel Boric seguía el conteo en vivo acompañado de sus padres y de sus hermanos.
-¿José María se va donde Boric? ¿Esto está pasando de verdad?- preguntó la Clau. “Si Clau, esto ya está cocinado”, le respondí por whatsapp.
“¡Saludos, Súbela!”
Costaba mucho trabajo levantar la señal desde el Hotel. Las antenas estaban saturadas porque, a esa hora, ya decenas de miles caminaban por la Alameda hacia el escenario que se había dispuesto en calle Santa Rosa.
Y si la imagen se caía, seguíamos por audio. Lo relatamos todo, quienes llegaban, quienes se iban. Ahí nos enteramos que José Antonio Kast había llamado a Gabriel Boric y, luego, que lo iría a saludar. La radio lo informó tras confirmarlo con ambos comandos, pero en la rueda de prensa de Giorgio Jackson e Izkia Siches ninguno lo quiso anticipar.
-Tranquilos, está confirmado y viene llegando-, le garanticé a quienes ya habían publicado la información en las redes de la radio. Y así fue,
Tres minutos después, la Toyota 4Runner plateada de Kast se estacionó en el edificio de al lado para que el candidato derrotado cruzara, a través de un puente que une a ambos edificios, a reunirse con el presidente electo.
A su salida, obtuvimos su primera imagen. Iba acompañado por su hijo y por sus escoltas de seguridad. Se retiró por dentro de un estacionamiento que conectaba con otra calle, lo que le permitió evacuar hacia Avenida Matta. La Alameda hace rato que no se podía transitar.
Intentamos también ingresar a ese mar de gente que caminaba por la avenida a palpitar sus emociones y, por minutos, lo logramos. Abrazos, champañas, gritos y euforia entre la masa que peregrinaba por la calle para llegar hasta el escenario central. A esa altura ya teníamos claro, todos los medios, que ninguno de los que intentaba usar señal móvil estaba pudiendo salir desde ese lugar.
Por lo mismo, decidimos quedarnos cerca del hotel. La radio tenía garantizada la señal para su audiencia vía satélite, por lo que nuestra misión significaría apoyar.
Un integrante del comando de Boric me dijo, días después, que el momento donde realmente asimilaron lo que estaba ocurriendo, fue un momento en que fuimos el único medio que estuvo presente.
Cuando todos se desplazaron al escenario, en el hotel quedaba casi nadie. Sin embargo, ahí se vivió un hecho bastante especial. Afuera de la puerta del edificio había dos vehículos Mazda que habían sido arrendados por el comando como “capsula” de seguridad del candidato.
Sin embargo, poco antes de las 9 llegó otro operativo. Carabineros tomó el control absoluto de la seguridad del candidato y dispuso una nueva cápsula de seguridad. Un auto prácticamente igual al que usa el presidente en ejercicio, con 4 vehículos más que le realizan escolta.
Ordenaron nuevamente la caravana. Y con ello, muchos en el comando del ganador llegaron a entender lo que había ocurrido. Así, cuando todo ya estaba dispuesto, Gabriel Boric salió por la mampara.
Le abrieron la puerta, pero antes se acercó a un grupo de transeúntes que lo estaban esperando. Los saludó, mientras con el celular en mano me acerqué a abordarlo.
“Soy prensa, soy prensa”, le grité a los guardias para que nadie me fuera a interceptar. Y ahí, quedando frente a frente, tuvimos su primera “declaración”. “Gabriel, para Súbela Radio, ¿qué sientes en este momento?”, le preguntamos. “Saludos, Súbela”, respondió con la mano en alto saludando a la cámara. Abordó el auto y se fue.
En la historia quedará el esfuerzo que hizo por llegar al escenario y su multitudinario discurso. Por su parte, en el recuerdo de Súbela quedará esta primera cobertura presidencial. Aquella donde los chilenos votaron como nunca antes. Ese día en que las mujeres construyeron una histórica avalancha electoral.