Dolarización de la economía: La respuesta de Milei a la crisis económica argentina

LUIS ROBAYO / AFP

Tras ganar las pasadas elecciones en Argentina - 55,69% de los votos para el candidato de La Libertad Avanza frente a un 44,3% para el oficialista Sergio Massa - Javier Milei ha comenzado a prepararse para asumir la presidencia el próximo 10 diciembre.

Ya se reunión con el actual mandatario, Alberto Fernández, y ya ha comenzado a difundir un plan de gobierno que incluye la eliminación de, al menos, media docena de ministerios y el cierre del Banco Central, organismo rector del sistema financiero encargado de la política monetaria del país. 

Cerrar el órgano financiero no es la única acción que propone Milei para hacer frente a la inflación interanual de 142% que vive el país trasandino, sino que, y más duramente en su período de campaña, propone cambiar la moneda oficial al dólar. 

“Proponemos que en la eliminación del Banco Central haya libre competencia de monedas. Que la moneda sea la que elijan los individuos, eso no te ata a la política monetaria de un país extranjero sino que hacia las decisiones de los individuos”, dijo el presidente electo luego de su victoria en las elecciones.

Crisis económica en Argentina

Fotografía: DIEGO LIMA / AFP

Sergio Massa, el candidato vencido del conglomerado Unión por la Patria, es el actual ministro de economía del presidente Alberto Fernández. Después de ser la primera mayoría en las elecciones generales, el oficialismo experimentó una derrota ante una fuerza política naciente.

¿Cómo es que los libertarios consiguen irrumpir en un país donde el peronismo aún habita como una fuerza política predominante?  Actualmente, Argentina vive una fuerte crisis económica, donde la inflación interanual llega a un 142,7% - teniendo una inflación mensual que se afirmó en los dos dígitos - y, según lo informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), durante el primer trimestre de 2023 la pobreza alcanzó un 40,1%, un aumento de 9,3% respecto del 2022. 

Si se proyectan los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) - programa nacional de producción permanente de indicadores sociales cuyo objetivo es conocer las características socioeconómicas de la población - a todo el país, la pobreza alcanzó a 18,5 millones de personas. De ese universo, 4,3 millones son indigentes, es decir, no llegan a cubrir con sus ingresos una Canasta Básica Alimentaria (CBA).

Además, el último informe del INDEC destaca que entre los niños de 0 a 14 años la pobreza alcanzó el 56,2%, un incremento de 5,3 puntos respecto del primer semestre de 2022. En tanto, la indigencia se elevó al 13,6% (0,9 puntos más que hace un año).

El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años  es de 46,8%, y de 30 a 64 años es 35,4%. En la población de 65 años y más, el 13,2% se ubicó bajo la línea de la pobreza, sostuvo el INDEC.

Para contextualizar, estos datos reportan que el nivel de pobreza es más alto que los períodos previos a la pandemia, cuando se registró un pico del 35,2% en el segundo semestre de 2019, al finalizar la gestión de Mauricio Macri. 

Banco Central argentino

Fotografías; LUIS ROBAYO / AFP

Eliminar el Banco Central

“Ante los falsos rumores difundidos, deseamos aclarar que el cierre del Banco Central de la República Argentina (BCRA) no es un asunto negociable”, aseguró la Oficina del presidente Javier Milei en un comunicado difundido en la red social X (antes Twitter). 

Desde su campaña Javier Milei hacia explícito su deseo de cerrar el principal organismo financiero argentino, encargado de la política monetaria del país. 

De acuerdo con su Carta Orgánica, una entidad autárquica del Estado nacional “cuya finalidad (es) promover, en la medida de sus facultades y en el marco de las políticas establecidas por el Gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social”.

Dentro de sus atribuciones se encuentran regular el funcionamiento del sistema financiero y aplicar la Ley de Entidades Financieras, regular la cantidad de dinero y las tasas de interés, y regular y orientar el crédito, y ejecutar la política cambiaria, entre otras.

El libertario sostiene que el cierre del órgano es la contraparte de otro de sus caballitos de batalla: la dolarización de la economía argentina. Esto implicaría que el país renunciaría al peso argentino y utilizaría el dólar estadounidense como moneda. 

Milei sostiene que es la única forma de terminar con la inflación y generar un shock que derive en una revalorización de producción y salarios en dólares.  En entrevistas ha mencionado que su plan incluye un valor de conversión cercano al denominado dólar “blue” (en torno a los $ 1.000), algo de lo que muchos economistas desconfían, porque con la cantidad de dólares que hay en Argentina es imposible dolarizar al valor del dólar informal.

Países que han dolarizado su economía

Son varios los países latinoamericanos que oficialmente o por la vía de los hechos se han volcado al dólar, algunos en busca de solucionar fenómenos hiperinflacionarios -o casi-, y en todos los casos con la esperanza de lograr una estabilidad económica y financiera que no proporcionaban sus monedas.

Ecuador

Ecuador, con 17 millones de habitantes, adoptó el dólar en marzo de 2000 en busca de dejar atrás una profunda crisis bancaria que trajo pérdidas por 5.000 millones de dólares y dejó a miles de personas en la quiebra. El alza de precios amenazaba con convertirse en hiperinflación.

Operativamente, el cambio del sucre al dólar vino luego de un feriado bancario sumado a un congelamiento temporal de 50% de los depósitos, en un contexto de crisis financiera.

Ecuador consiguió con este mecanismo unos niveles de inflación bajos, incluso con períodos de deflación. Para 2023, la inflación anual se espera en 3,10%. Para los ecuatorianos de a pie, el impacto ha sido desigual.

Josefina Arboleda, de 70 años, dijo a la AFP que la dolarización les "fregó la vida porque todo se encareció". 

"Los precios se multiplicaron de un día para otro y perdimos la noción del valor del dinero. (...) Dicen los expertos que sirvió para frenar la inflación y que la economía se estabilice, pero en el país hay pobreza, todo sube. Yo extraño al sucre", señaló.

El Salvador

El Salvador, con 6,3 millones de habitantes, cambió el colón por el dólar el 1 de enero de 2001. El gobierno de Francisco Flores (1999-2004) buscaba hacer al país más atractivo para la inversión extranjera y reducir el riesgo de devaluación.

"La dolarización ha tenido sus efectos adversos. Encareció el costo de vida. Al entrar el dólar, los precios de bienes y servicios se dispararon y quienes siguen pagando esa situación son los más pobres. No tenemos política monetaria, pues dependemos de lo que Estados Unidos haga con esa moneda", remarcó el economista independiente César Villalona.

En 2021, El Salvador admitió también al bitcoin como moneda de curso legal.

La inflación en ese país centroamericano fue de 7,32% en 2022, y para 2023 se espera de 3,3%.

"Ahora de lo que siempre se queja la gente es que con colones se compraba más, sentían que el dinero les abundaba más y con el dólar se compra menos", comentó a la AFP Mirna Hernández, de 53 años, comerciante de frutas y verduras en San Salvador. 

Panamá

Panamá es el país latinoamericano en donde el dólar circula como moneda oficial desde hace más tiempo, a la par del balboa, la moneda local. 

El billete norteamericano se utiliza desde 1904, poco después de que el país se independizó de Colombia y se aproximó a Estados Unidos con la construcción del Canal de Panamá, bajo control panameño recién desde 1999.

Para el balboa solo se acuñan monedas en metálico y no billetes, y el sector público utiliza esta divisa únicamente con fines contables. Panamá, con 4,2 millones de habitantes, registra niveles de inflación por debajo del 3% anual.

Venezuela

Venezuela tiene una dolarización informal desde finales de 2018, cuando el gobierno flexibilizó los férreos controles cambiarios como válvula de escape a la aguda crisis. 

Para entonces este país de 28 millones de habitantes atravesaba su primer año de hiperinflación, con escasez de moneda local, el bolívar.

"Son un conjunto de factores generales los que tuvieron que ver en la dolarización de facto. Estructuralmente fue la inflación alta, pero también hubo otros impulsores como la situación de la crisis eléctrica", recordó el analista económico Henkel García, de Albusdata. Sin electricidad, los puntos de pago con tarjetas dejaron de funcionar y ante la escasez de bolívares en efectivo, el dólar fue la alternativa natural.

La aguda pérdida de valor del bolívar hizo necesarios grandes volúmenes de efectivo para pagar bienes y servicios. Cuatro años después, el país salió de la hiperinflación, pero continúa con uno de los índices más altos del mundo. Hasta septiembre la inflación interanual era de 317%, según el Banco Central.

Paradójicamente, el billete verde, símbolo del "imperialismo estadounidense" y considerado un "enemigo de la revolución", se ha convertido en la moneda de "mayor circulación", según economistas.

Economías bimonetarias

En algunos países de América Latina se utiliza el dólar para comprar bienes y servicios, se contratan alquileres en dólares y pueden abrirse cuentas bancarias en la divisa estadounidense y retirar dólares directamente de los cajeros automáticos.

Perú o Uruguay -donde los precios de los bienes duraderos como inmuebles, vehículos o electrodomésticos se fijan en dólares- son dos ejemplos.

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